CAP 4

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—Ya son casi las nueve y Juan no a regresado a casa— Comenta preocupado Víctor caminando de un lado a otro en medio de la sala.

—En cualquier momento llegara, seguramente fue al pueblo por cosas— Dice despreocupado Roberto jugando con los bordes del cojín.

Víctor se gira sobre su cuerpo mirando mal a Roberto, temía que algo malo le hubiese pasado.

—Al diablo, iré yo mismo a buscarlo— Finaliza tomando su abrigo.

Diego y Roberto le miran algo desconcertados, niegan mientras tomaban sus cosas ya que al final lo buscarían junto a él. Abrieron la puerta dejando ver a Juan y a sus otras amigas detrás de él.

—Lo siento por llegar tarde, me quede todo el día con Ari y Amairani— Murmura apenado mirando a Víctor.

—Pudiste decirme o a quien sea, que irías con ellas para no estar con el corazón en la boca preocupado por ti...Hola chicas ¿gustan pasar?— Pregunta hacia ellas.

—Oh aceptaríamos, pero solamente veníamos a dejar a Juan, bueno Juan ya sabes sobre lo que hablamos cualquier cosa ve a nuestra casa y lo solucionamos— Dice sonriente Ari despidiéndose de los demás.

Las chicas se van, mientras Juan entra a la casa caminando directamente hasta el baño pero antes de tomar la perilla un brazo detrás de el se lo impidió.

—¿Qué ocurre Diego?— Pregunta algo incomodo por su cercanía.

“Recuerda mantenerte alejado de Diego y Roberto” las palabras de sus amigas se quedaron grabadas en su mente, Diego le miraba fijamente a los ojos para después bajar su mirada de arriba a bajo. Juan por precaución con sus dos manos tapó donde ahora tiene su nueva anatomía dejando extrañado a Diego.

—¿Qué era eso que dijo Ari?— Pregunta curioso acercándose más a él.

—No se de lo que hablas Diego, si me permites debo bañarne— Aclara intentando quitar su mano que le impedía entrar al baño.

—No me gustan los secretos Juan y lo sabes, pero tampoco pienso insistir porque yo se que tarde o temprano lo sabré— Finaliza quitando su mano alejándose de el perdiéndose por el pasillo de la cocina.

Juan soltó el aire que estuvo reteniendo, su corazón latía rápidamente por aquello que acababa de pasar, entro al baño encerrándose con pestillo mientras retiraba su ropa poco a poco.

—Estúpido Diego— Maldice en bajo, entrando a la regadera donde el agua caliente comenzó a caer por su cuerpo.

Tomo el shampoo donde tomo poco en su mano y lo llevo hasta su cabello, agradecía por no quedarse calvo por aquella estúpida explosión, retiró el shampoo y seguía el jabón por lo que lo tomo y empezó a tallar su cuerpo con delicadeza.

Recordó que Amairani le dijo que tuviera mucho cuidado en que no le entrara jabón a su nueva parte, por lo que tuvo bastante cuidado y mojo con agua haciendo que se estremeciera un poco.

—Que raras sensaciones...Pero no me desagradan— Confiesa tímido para si mismo mientras cierra la llave.

Se cambio en el baño y salió mirando hacia todos lados para saber si había alguno de sus amigos, agradecía que no por lo que camino hasta su habitación donde se encerró dispuesto a dormir.

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