XI

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"el dolor es el fruto del
trabajo que la Psiquis
de alguien hace
para recuperar un
equilibrio que perdió "

Gabriel Rolón

Tanjirō se sentía cómodamente reconfortante en la casa de Tomioka, extrañamente este mostraba signos de preocupación constantemente desde que llegó, y no lo culpaba, pues el hecho de que uno de tus estudiantes casi perdiese a su familia era lo suf...

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Tanjirō se sentía cómodamente reconfortante en la casa de Tomioka, extrañamente este mostraba signos de preocupación constantemente desde que llegó, y no lo culpaba, pues el hecho de que uno de tus estudiantes casi perdiese a su familia era lo suficientemente fuerte como para no estar preocupado.

Mientras que Tomioka le prohibió asistir a la escuela hasta que se sintiera lo suficientemente bien y cómodo como para hacerlo, apreciaba que el hombre se preocupase tanto por él, pero también era extraño, pues él era su profesor, ¿Quien no se sentiría extraño por qué tú profesor actúe de esa manera con uno de sus estudiantes?, Pero a pesar de eso, no había nada que le provocase otra incomodidad.

Su vista viajo desde el televisor hasta la fotografía en el estante que estaba al lado, desde hace ya cinco días a estado haciendo eso, mirar el televisor para que inconscientemente sus ojos se pasarán en la imagen enmarcada de su profesor y su familiar. Había querido preguntar por ella, pero no había tenido el valor suficiente como para hacerlo.

Agitó su cabeza y dirigió su atención a su teléfono, notando que casi era hora de las visitas en el hospital, todos los días iba a ese lugar. Casi podría llamarlo penoso, pero no podía, ya que ahí, salvaron a sus familia.

Dejo una nota como siempre, tomo la copia de las llaves que Giyuu le había dado antes y salió. Dejando atrás la puerta cerrado y asegurada.

Cuando llegó fue directo a la habitación donde estaba su familia, el recepcionista no se tomó el tiempo de decirle algo, pues ya sabía perfectamente a lo que venía el peli rojo. Sentía lastima por aquel chico, pero no lo demorada en absoluto, ya que sabía que no era su trabajo interactuar más de lo que lo hacía al recibir a las personas.

Abrió la puerta lentamente intentando no hacer que estás chirriara y se adentro a la habitación, viendo a su familia llena de vendas en diversas partes del cuerpo, aún no podía acostumbrarse a esa horrible vista, tomo una gran bocanada de aire y suspiró.

—Hola a todos— a pesar de que nadie respondiese su saludo, tenía la esperanza de que al menos era escuchado. —hoy les traje margaritas.

(. . .)

Giyuu estaba extrañamente feliz ese día, todos lo notaron, era extraño, pues no veían a Tomioka de esa forma, era un hombre serio y dedicado, nunca pensarían que estuviera tan distraído ese día. ¿Quizás tendría que ver con lo que había pasado con la familia Kamado?, Era poco probable, pero no imposible.

Punto Y Coma  [giyuutan] «KnY»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora