XVIII

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“Volvieron a ser eso que
habían olvidado. Volvieron a
quererse con el aire del
primer encuentro. El sabía
que ella era la única capaz
de mitigar sus miedos y
ella simplemente era feliz
amándolo.”

Juan Ardini.

Tanjiro había vuelto a la escuela, parecía decaído, pero su amabilidad no cambio en absoluto

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Tanjiro había vuelto a la escuela, parecía decaído, pero su amabilidad no cambio en absoluto. En su primer día de vuelta había fingido una sonrisa, podría parecer tonto, pero él sabía cuándo una sonrisa era real o no. Quizás era instinto.

Zenitsu había estado intentando distraerlo, pero casi nada funcionó, en cambio él le ordenó que lo ayudará con su tarea, obviamente ambos chicos, el rubio y el pelirrojo, lo miraron con asombro e intriga, podía parecer un desalmado y bruto, pero él era listo cuando se lo proponía. Tanjiro, por supuesto, acepto a ayudarlo, Matemáticas era algo del diablo, tan complicado como buscar una aguja en un pajar –aunque los demás dijeran que solo era digo para él–.

Media hora después finalmente se rindió, Tanjirō explicaba bien, pero aún así la información era difícil de procesar. Su frustración lo llevó a casi romper su lapiz, pero fue evitado por Tanjirō cuando lo estaba calmando.

—es normal estar frustrado cuando algo se nos dificulta, ¿Pero sabes que hago cuando me pasa eso?— Inosuke negó, sus ojos estaban fijos en las expresiones, tanto corporales como faciales, de Tanjirō —respiro profundo, cuento hasta diez y me propongo a volver a intentarlo otra vez en un rato. Puede ser después de una hora o incluso después de un día, a veces también me ayuda jugar alguna cosa que me parezca relajante.

Inosuke asintió e hizo exactamente lo que el pelirrojo había dicho, cerro sus ojos, inhaló, contó hasta dies y exhaló. Cuando abrió sus ojos encontró que tango Tanjirō como Zenitsu le estaban mirando con una sonrisa.

—¿Vez?, No es tan difícil— asintió con entusiasmo mientras lanzaba carcajadas.

—¡Ayudame otra vez!— ordenó, agarrando nuevamente el lápiz que estuvo a punto de romper y volvió al cuaderno que tenía casi vacío.

—claro.

———♪———

No sabía cómo sentirse al respecto. Todos a su alrededor parecían tan normales, viviendo como si la vida no fuera tan difícil. Como si ese infierno no hubiera ocurrido. pero no los culpaba, sabía que aunque lo hubieran sabido, no habrían podido hacer mucho. Pero aún así se sentía molesto, y eso lo molestaba más. En lo más profundo de su ser, sentia que tenía razón en estarlo, pero lo bloqueaba tanto como podía.

No quería tener esos sentimientos en él, se sentía mal por albergarlos.

Al final, solo acepto eso, después de todo, nadie lo notaría.

Punto Y Coma  [giyuutan] «KnY»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora