simples sentimientos hacia ti

la bienvenida

Brillo intenso, calor insoportable, realmente este lugar es horrible.
¿Cómo se supone que voy a vivir aquí?
Nisiquiera se como se llama este sitio.
Me decía a mi misma mientras me quejaba en el burro que me llevaba a mi nuevo hogar.
-menudo pueblo, es espantoso. No voy a soportar ni un día-
Decía casi llorando, ya que extrañaba realmente a mi familia.

-Hola! ¿Quién eres tu?- me dijo una pequeña vocecita cuando me veía llegar
-no te interesa pequeño mocoso-
Se que no debí decirle eso, pero estaba muy estresada para estar soportando a un niño tan pequeño.

-¿Cómo te llamas?- preguntó, importandole nada lo que le acababa de decir, no tuve otra opción más que decírselo.
-ya veo. Eres nueva aquí, y eso es genial!-Me gritaba transmitiendo alegría.
-aquí le hacemos una bienvenida a la gente nueva, le iré a decir a todos sobre tu llegada-
-¡No!- grite pero fue en vano ya que el muchachito ya se había marchado.

Después de rato encontré el lugar donde me quedaría a dormir, un hotel, un poco feo pero era lo único que podía pagar. Me acosté en una pequeña cama, saqué unas cobijas guardadas y me dormí, dormí un buen rato. Pero unas horas después desperté por el ruido de un niño tocando la puerta. Definitivamente era ese chiquillo que encontré en la mañana.

-¿que haces aquí? ¿Qué quieres?-
-no recuerdas, dije que te daríamos una bienvenida-
-¿estas bromeando? Son las doce de la noche!!- dije señalando al reloj
-exacto, momento perfecto, ven vamos- me decía jalandome.
-un momento, en tu "fiesta de bienvenida" ¿hay comida?- claro que iba preguntar eso, estaba muerta de hambre.
-claro que si, de amontones!-
-entonces que esperas?? Vamos ahora mismo-