El pequeño barco se tambalea peligrosamente y la lluvia torrencial inunda la cubierta. Tal y como le dijeron los pescadores de la villa, las condiciones son pésimas para navegar hoy. Cuando eres demasiado cabezota como para ver los peligros, debes aceptar las consecuencias.
A veces, algunos sacrificios son necesarios para sobrevivir.
"¡NOOOOO!", el grito desgarrador de Luffy resuena por todo el Great Father.
Ace sacude la cabeza, su rostro se tuerce con dolor. Robin agita un pañuelo blanco dramáticamente. Sabo se adelanta para agarrar a Luffy, sin saber cómo puede afectarle la pérdida.
Luffy cae de rodillas mientras ve todo el cargamento de carne hundirse en el mar bravo. El Great Father y los niños están a salvo, pero Luffy no cree que pueda recuperarse de tal desgracia.
...
"Papá, son cosas que pasan", lo tranquiliza Robin. "La vida en el mar es así de impredecible."
Luffy solloza ruidosamente mientras caminan por las calles del bonito pueblo en el que han parado para reponer suministros. Es un lugar pequeño y hogareño, algo parecido a Villa Foosha.
"Mi carne...", gimotea el adulto.
"Te pasa por imbécil", masculla Ace entre dientes.
El otro niño de su edad ríe nerviosamente. "¿No crees que estás exagerando un poco, Luffy-san?"
La cabeza de Luffy gira con un latigazo. "¿Cómo dices?"
"¡Papá!", se corrige el rubio. "Anda que obligarme a llamarlo así después de tanto hablar de libertad", se queja.
"Todo está bien", dice la adolescente mientras camina. "Compraremos un poco de carne aquí y pescarás durante el resto del camino a Loguetown. ¿Te parece bien, papá?"
"Lo que digas, Robin", suspira el adulto con tristeza.
"Vamos, anímate", sonríe ella. "Este es un lugar muy bonito, seguro que tienen buena carne."
Luffy suspira al ver lo pequeña que es la carnicería del pueblo. Entra con desánimo dispuesto a llevarse el local entero a cuestas si hace falta.
"Venía a por algo de..."
"¡Quiero carne!"
El carnicero y una mujer desvían la mirada del mostrador para mirar a los recién llegados. Sabo se sonroja de vergüenza, dándole palmadas de reproche a Luffy en la pierna.
"¡Qué modales son esos! ¡Discúlpate!", chilla el niño.
"Eso, papá. Discúlpate", dice Robin con semblante tranquilo.
"Sí, bastardo, discúlpate", apoya Ace.
"Ah", Luffy se mete el dedo meñique en la oreja. "Lo siento, quiero carne."
Sabo suspira con cansancio. "¿Por qué no puedes ser un poco más educado?", se queja.
"Saaabooo", gime el hombre con desesperación.
Hay una pequeña risita y la familia de cuatro se gira a mirar a la mujer.
"Parece que estás bien cuidado con niños tan responsables", sonríe ella. "Son adorables, ¿son todos tuyos?"
Luffy mira a la mujer. Su cabello corto es oscuro y su nariz sobresale demasiado de una forma levemente familiar.
"¡Sí!", exclama orgullosamente, olvidándose de la comida por un momento. "¡Estos son mis hijos: Robin, Ace y Sabo!"
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El Rey de los Papás
FanfictionComo todo, la aventura del segundo Rey de los Piratas llega a su fin. Pero eso no es malo, un final significa un comienzo. Después de morir, Luffy despierta en el pasado como un bebé. Esta vez, en vez de ser el hijo de Dragon el Revolucionario es su...