El Rey de los Papás

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Bañada en salsa de tabasco, la fruta parece aún menos apetecible, si es que eso era posible. Aún así, el sentimiento de calidez y familiaridad perdura. Le transmite las mismas vibras que su padre cuando lleva cinco días sin bañarse: asqueroso pero inevitablemente doméstico. Así se siente desde que tocó la fruta por primera vez, como el abrazo cálido de Luffy. Incluso cuando la fruta extraña se presentó ante él misteriosamente y su estómago se siente más vacío que nunca, hay algún tipo de compulsión sobre él que le impide comerla.

Cuando sale detrás de sus hermanos con la fruta en el bolsillo, Shanks ya está acabado. Es casi patético. La forma en la que sus piernas tiemblan como las de un cervatillo recién nacido mientras intenta soportar el peso invisible del haki de su padre es humillante. Parece resistirlo, pero Luffy parece estar esforzándose mucho más de lo que se esforzó contra el hermano de Cora-san o cualquier otro idiota. Buggy observa todo un poco pálido y los demás piratas miran la escena boquiabiertos. Luffy, en cambio, ríe abiertamente frente a Shanks mientras balbucea algo moviendo los brazos exageradamente. En cualquier otro momento le irritaría su risa despreocupada, pero supone que es una ventaja si le está dando su merecido al maldito pelirrojo. El combate está prácticamente acabado, incluso cuando parece que acaba de empezar, y la extraña fruta pesa en el bolsillo de Ace.

Entonces hace lo que cualquier persona dispuesta a hacer sufrir a su padre haría en su lugar: Ace lanza la fruta hacia Luffy con todas sus fuerzas. Frívolamente, espera que la fruta le caiga en un ojo y que se queme la retina con el horrible picor de la salsa de tabasco. Para su frustración, los magníficos reflejos de Luffy actúan a tiempo para coger la fruta sin dejar de mover las manos. Cuando termina de hablar y las rodillas de Shanks finalmente se rinden, suelta otra carcajada y se mete la fruta en la boca de una sola vez.

Mastica, luego su rostro toma una forma extraña y escupe asquerosamente bañando a Shanks con trozos de comida mascada.

"¡Quema!" Solloza Luffy echando fuego por la boca. "¡Y sabe asqueroso!" Se agarra la garganta mientras echa fuego por la boca. Por muy rápida que haya sido su reacción, Ace puede ver que ha comido gran parte de la fruta.

"¡Luffy-san! ¡Espera ahí, te traeré agua!" Cora-san sale corriendo sin rumbo solo para tropezar con el aire y salir rodando por la cubierta.

El niño azabache sonríe victoriosamente. Tras él, Sabo lo mira, se ríe y le choca los cinco. Robin esconde una risita tras su mano y Law usa su Akuma no Mi sobre Cora-san cuando rueda demasiado cerca del bordillo. Shanks, liberado de la espantosa presión del haki, mira a Luffy con absoluta confusión. A pesar de todo, el pelirrojo salta tras Luffy cuando el azabache termina lanzándose al mar para combatir el horrible picor provocado por el tabasco.

"No es un usuario, es simplemente un idiota que no sabe nadar," les informa Uta a los confusos piratas cuando ven a Luffy hundirse en el mar. A Ace le parece un poco extraño, porque ha visto la escena demasiadas veces como para saber que suele haber más chapoteo y gritos de auxilio involucrados antes de que su padre comience a hundirse, pero no lo cuestiona por mucho tiempo cuando Luffy escupe todo el agua sobre la cubierta.

"¡Mi lengua quema!" Grita el hombre. "¡Y tengo hambre!"

Ace pone los ojos en blanco. Ni siquiera el horrible sabor de esa fruta parece hacer que el apetito de su padre disminuya. Cuando sigue a los piratas al comedor, no recae en la incertidumbre de cómo sabe cuál es el sabor de la fruta que le dio a su padre.

...

Luffy aún solloza cuando los cocineros empiezan a sacar la comida y Rosinante le acaricia la espalda gentilmente.

"Eso ha sido cruel, Ace," se queja fulminando con la mirada al niño pequeño. "Puedo dejar pasar las sanguijuelas en mi cama o las cuchillas bajo mis chanclas, pero sabotear la comida es un límite que no te dejaré volver a cruzar."