El Rey de los Papás

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Su cabello es de un tono rojo sangre muy peculiar y llamativo, distinguible incluso con sus mechones escondidos debajo del sombrero destartalado. En su rostro hay un rastro de barba incipiente y tres cicatrices cruzan su ojo izquierdo. Al principio descarta a los dos niños del muelle, pero tras darles una segunda mirada se detiene en el azabache.

"Espera un segundo," el pelirrojo parpadea un momento, luego su boca se ensancha en una sonrisa emocionada. "¡Eres Ace!" Exclama con alegría.

El mencionado frunce el ceño y Sabo da un paso hacia delante para empujar a su hermano atrás, mirando al hombre con los ojos entrecerrados.

"¿Quién eres tú y por qué conoces a mi hermano?" Gruñe el joven rubio.

El pelirrojo parpadea con confusión. Abre la boca para responder, pero la niña de antes salta entre ellos señalándolos con desprecio.

"¡El es Shanks, el mejor pirata del mundo!" Exclama, luego se sacude el cabello con una mirada altiva. "Y yo soy Uta, soy una diva."

Ace se burla. "Eres una fea," le dice.

"¡¿Qué?!" Uta intenta saltar del barco en dirección al niño, pero Shanks la atrapa en el aire y se la cuelga en el hombro. Luego salta al muelle quedando a una distancia considerable del rubio y el azabache.

"Sí, soy Shanks," explica el pelirrojo lentamente. "Conocí a Ace una vez cuando era un bebé. Estoy buscando a Luffy."

Los ojos de Sabo se ensanchan y comparte una mirada con Ace. Ambos asienten antes de que la actitud del rubio se relaje.

"Ya veo, estás buscando al hombre que trajo a Ace a casa," Sabo sonríe con la inocencia de un niño. "Sabemos dónde vive, podemos guiarte," dice dándose la vuelta y comenzando a andar junto a Ace.

Shanks ladea la cabeza levemente y le hace un gesto de despido a los piratas que se asoman desde su barco antes de seguir a los dos niños. Uta aún cuelga de su hombro, ahora más tranquila. Mientras caminan atravesando la villa, Shanks habla en tono conversacional.

"Así que Luffy es el hombre que trajo a Ace a tu casa," comenta. "¿Y nada más?"

"Es solo un viejo gruñón que vive en la isla," masculla Ace. "Todo un inútil, un desperdicio de espacio."

Shanks parpadea ante la descripción de Luffy de la boca del niño, pues no suena como el Luffy que conoció hace diez años. Uta se inquieta en sus brazos y la baja al suelo justo cuando entran al bosque.

"¿Un viejo gruñón?" Pregunta ella con la nariz arrugada por el disgusto. "¿Por qué estamos buscando a alguien así?"

"No es viejo, tiene mi edad," explica Shanks. El pelirrojo nota que los dos chicos prestan atención a sus palabras, pero tratan de aparentar lo contrario. "Hice una promesa con Luffy cuando lo conocí. Estoy aquí para cumplirla."

"¿Promesa?" Pregunta Sabo con interés, mirándolo con sus ojitos grandes y aparentemente inocentes. "¿Qué promesa?"

Ace también lo mira ahora, de nuevo con los ojos entrecerrados y una concentración inusual para un niño de diez años.

"Bueno, prometí que lo enfrentaría cuando me volviera más fuerte," dice con una sonrisa llena de dientes. "Lo invité a mi tripulación, pero dijo que lo consideraría en diez años... Así que aquí estoy," dice con una risita nostálgica.

Ace y Sabo se tensan, ambos se detienen a mirarlo al instante.

"¿Invitar a pa...?" Sabo chasquea los dientes y vuelve a hablar. "¿Invitar a Luffy a tu tripulación? ¡Él jamás se uniría!"