Ares Hidalgo

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Búscame

Unos cuerpos contra otros, todos diferentes, pero con algo en común en este momento no importa nada.

Estaba segura de que no había tomado ni una gota de alcohol, sin embargo, todas esas luces y esa música de fondo me hacían sentir como si estuviera volando.

¿había llegado a este lugar con alguien? No importaba, esa persona debe de estar igual de desconectada que yo.

Los cuerpos se chocaban, pero apenas sentía ese golpe que daban los demás conmigo. Trataba de ver la cara de los que me rodeaban, pero era difícil solo diferenciaba sus sonrisas y gritos, creo que yo también gritaba.

Los cuerpos dejaron de saltar, yo también deje de hacerlo. Vi como todos empezaban a buscar una pareja, la canción era mas lenta, pero intensa. Empecé a mover mi cuerpo igual que las otras chicas del lugar, solo dejaba a mis caderas moverse, mientras mis manos rozaban todo mi cuerpo. Estaba en el medio de la pista, sentía miradas observándome, pero nadie que se acercase, sabían que sola estaba bien, era un espectáculo de uno.

Mi garganta se secó y lo único que vendían en este lugar era alcohol, si me sentía así sin él no quería saber en que terminaría si tomaba un poco. El lugar me empezó a asfixiar cuando empecé a caer en la realidad.

"Necesito salir" pensé.

Sentí manos deteniéndome mientras salía, sin embargo, mis pies no se dejaron de mover hasta que estaba fuera del lugar.

No me di cuenta de que sentía que me ahogaba hasta que pude respirar todo ese aire. Dure unos segundos solo respirando y recuperando mi vista que estaba nublada ¿Desde cuándo me sentía así?

Me sentía mejor, aunque nunca note que me sentía fatal. Miré hacia el frente buscando un punto fijo para mi vista y me encontré con mar. Bajé la mirada y me di cuenta de que estaba en medio de la arena.

¿Mar y arena? ¿Cómo termine aquí?

Grecia, llevaba viviendo doce años justo allí y sentía como si fuera la primera vez en este lugar, en este punto no sabia si eso de no haber tomado alcohol fuese verdad.

- ¿Te encuentras bien? – pregunto una voz a lo lejos.

había un hombre o alucinaba. Tal vez lo hacia porque era un Dios griego, lo que fuese que tome estaba muy fuerte.

- Ares - ¿Era su nombre? ¿Ya nos estábamos presentando?

- Ares – repetí viendo fijamente sus ojos.

Calor, empecé a sentir calor y me quité el vestido que traía puesto como si estuviese en mi habitación.

Cuando el agua toco mis pies me sentí un poco más consiente, así que me sumergí. Cuando mi cabeza estaba sumergida fui consiente de todo. Sabia que era mi cumpleaños, que solo había toma un vaso de algo que me dio un amigo, que después de eso solo baile, que mis amigas me observaron y me detuvieron preocupadas cuando trate de salir y que en ese momento me estaba ahogando.

Unos brazos me sacaron de agua, volví a respirara por segunda vez en la noche.

- ¿Qué te pasa? ¿Todas la griegas están así de los locas? ­– dijo el dios griego.

- Ares – dije en un susurro, como si su nombre fuera un secreto.

Estábamos en medio del mar solo con la luna iluminándonos, pero pude ver como se sonrojo al oír su nombre salir de mis labios.

-¿Dios de la guerra? – le pregunte, si no me estuviera sosteniendo me hubiese vuelto ahogar cuando oí su risa.

- Como el dios de la guerra – dijo también en un susurro.

Mire cada rasgo de aquel desconocido, se merecía del nombre de un dios porque era lo cercano a uno.

-Eros – Dije mientras mis manos tocaban cada una de sus facciones.

-Ares – me corrigió y yo negué con la cabeza.

- Eros, dios de la atracción sexual – mis manos llegaron a sus labios – ese te quedaría mejor, pero Ares no esta mal.

Él fue quien estampo sus labios contra los míos con fuerza llevándolo a un beso profundo, no era como otros besos donde los labios bailaban uno contra el otro, esto se sentía como si lucháramos.

"Como una guerra entre besos"

Ares es el nombre perfecto para ese desconocido.

Él se alejó un poco, estábamos en la arena ¿En que momento estaba sobre mí?

El miraba algo a lo lejos, alguien que gritaba mi nombre, miré hacia la dirección donde sonaba mi nombre y vi a un grupo de chicas.

- ¿Las conoces? – su voz estaba agitada.

-Creo que es mi cumpleaños

-¿No sabes si es tu cumpleaños? – se estaba riendo, mi cuerpo se sintió débil cuando lo volvió a oír, nunca me acostumbraría a una risa como la de él.

-No lo recuerdo- Confese.

Sus manos tocaron mis labios y vi en sus ojos cierta decepción.

-¿Recordaras esto?- susurro cerca de mi oído.

- Tal vez no, pero tú lo harás – mire sus ojos, brillaban y no era el reflejo de la luna en ellos – Búscame Ares.

Sonrió antes de darme otro de esos besos suyos.

-Te buscare – dijo en un tono divertido, como si fuéramos a jugar a las escondidas, tal vez lo haríamos...

𝑅𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜𝑠 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora