16. TELEQUINESI

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Mia. Llora.
-¡Niña, vamos ya!
-¡OK!
Yendo al cementerio, llora, llora y llora y no para de llorar. Qué no soy una acosadora. Ni siquiera la estoy tocado ni hablándole. Llora, llora y llora.
-¡Cállate!-le grito. Pobre niña. Voy a descubrir que le pasa. Voy a descubrir qué le pasa. Sí no es por las buenas será por las malas.
-¿Sabes lo qué me pasa!? Para ser la eminente, eres muy tonta. Y mongola. Tu...tu vida es perfecta. No te quejes.

Decido no contestar. Le lanzo una mirada asesina y basta. Llora y llora más y ahora además grita como una loca.

-Chiquilla. Estamos en un cementerio. Un poco de respeto a los muertos.

-¡Noooooooooooo!-se queda parada delante de una tumba, una fosa.

Christina Folch
Charles Folch

Ella se llama Mia, Folch. Padres muertos. Siento tristeza por ella. ¿Tristeza? ¿Tristeza por alguien que no conozco? Debería sentir tristeza por mi, mi aspecto cada vez empeora más, mi pelo rubio de bote empieza a caerse, mis brazos se arrugan, yo me arrugo, mi cabeza, mi memoria, estoy echa un desastre. De repente miro a Mia. ¿Qué está haciendo? Me he entretenido tanto haciendo está filosófica descripción de mí, mí, mí y sólo mí, que me he descuidado de qué Mia, Mia, Mia y Mia está manifestando su poder. Está levantando la lápida. La de sus padres. Telequinesi.

Yo soy la siguiente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora