Tropiezo.

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Ya ni recordaba cómo es que había terminado en ese lugar pero ahora estaba en la casa de la supuesta esposa de Muzan, aunque claro, Yagura no sabía la situación con detalle, pero lo que si sabía es que se sentía rara, un extraño sentimiento inundaba su ser cada que veia a Muzan sonreírle a esa mujer, incluso se pregunto varias veces a ella misma si era correcto compararse con esa mujer, ver a Muzan sonreírle a Reí y aunque lo hacia falsamente, se le revolvía el estómago.

Miraba de reojo esa sonrisa tan finjida, que se sentía un poco más afortunada de que cuando estaba en su cama, sus sonrisas no eran finjidas, si no por excitación.

Sonrió desde sus adentros y recordó lo que le había dicho Shinobu anteriormente.

"Al parecer los demonios si se pueden excitar".

Joder eso le ponía los pelos de punta.

Los varoniles y inaudibles gestos que Muzan hacía en sus encuentros no fueron finjidos, fueron de verdad.

(....)

—Rei-san, ¿te puedo ayudar en algo?— dijo Yagura acercándose a la cocina donde estaba Reí.

—Oh no claro que no, eres mi invitada especial, recuerda—le guiño el ojo y sonrió.—puedes ir a esperar a la sala si gustas—

Genial, ahora tenía que esperar con Muzan en la sala, pensó sarcásticamente.

Maldecia haber aceptado la invitación de Reí a su casa, pero lo hecho, hecho estaba.

—esta bien, esperare en la sala— sonrió muy obligadamente, y claro la inocente mujer no lo noto.

Una vez llegó a la sala sus sentidos se agudizaron y su respiración pesaba cada vez más pero sabía mantenerse serena y anular cualquier reacción que sintiera, aveces agradecía ser un poco más seria de lo normal.

Su autocontrol en torno a mostrar emociones era perfecto.

Se podría decir que era muy parecida a Muzan en torno a su disciplina.

Pasaron unos minutos y la pilar del cristal que estaba sentada de frente a "Tsukihiko" solo se miraban como si nada hubiera pasado. Yagura más bien miraba al piso como si este tuviera algo de interesante. Muzan reía desde sus adentros al verla tan concentrada en cualquier cosa menos en el, sabía que estaba ansiosa, enojada,  pues aunque no lo pareciera, el la conocía perfectamente más que ella misma.

Claro, verla desde hace 17 años no fue en vano.

—¡Ya está la cena, pasen por favor!— grito la mujer desde la cocina. Al instante un pequeño cuerpo se escucho andar y bajar desde la escaleras, era la niña.

—¡papi, llévame en brazos!—se acercó la niña a Muzan.

Este no dijo nada solo la tomo de los brazos y la cargo, Yagura sintió esa sensación extraña de no querer ver aquello, estaba reprimiendose por dentro y no conocia la razón.

En fin, decidió dejar de pensar cosas y decidió ignorarlo, pero en ese instante en qué ella se levantó de su lugar dio unos pasos y
ocurrió lo que jamás habría querido.

¿O si?

Se tropezó con algo que estaba tirado y calló.

Muzan al verla dejo a la niña y le dijo inmediatamente que se fuera a la cocina a hablarle a su madre.

Una vez solos la chica no quería ver a la cara de Muzan, le daba vergüenza, pero como ella nunca se humillaría frente a nadie, solo sonrió levemente simulando que todo estaba bien.

—¿Que te sucede, estás distraída?....o—su mirada cambio— ¿no será otra cosa?..—dijo Muzan en un tono bajo.

Yagura sintió como su cuerpo subía de temperatura.

—mmh..—Yagura iba a hablar pero no pudo decir nada ya que Reí entro a la sala.

—¡ooh, querida!... ¿te lastimaste?—se acercó a Yagura.

—estoy bien solo me torcí el tobillo, no es nada— pero al querer levantarse no pudo y volvió a caer dónde mismo, al parecer si se había lastimado en serio.

—¡Hija, cuántas veces te dije que no dejaras los juguetes en el piso!— dijo reí cuando vio el juguete con el que la pilar se había tropezado.— Tsukihiko, cariño, ¿la puedes llevar a la habitación de invitados?—

Muzan palideció y no dijo nada, solo asintió como no queriendo.

Pero si quería.

—enserio no tiene que hacer esto Kibutsuji-San~—

—mírate no puedes caminar, te quedarás hasta que estés bien—sonrio maliciosamente solo para que Yagura lo viera claro y para cerrar con broche de oro. —¿No es así, Amor? Pregunto a Reí, quien afirmó al instante

Yagura Kagisaki ahora mismo estaba respirando más fuerte de lo normal, su rostro se puso levemente rojo del enojo y sus ojos se dirigieron a Muzan quien se divertía con su reacción al llamar así a su supuesta esposa.

Procedió a cargarla con sumo cuidado y llevarla a la habitación que se encontraba en el segundo piso, tenía que pasar por las escaleras con su amante en brazos, quien lo diría...

Pero, ella podría usar eso a su favor, ¿no?

(.....)

Cada que subía un escalón sentía como se pagaba más a su cuerpo y eso los ponía ansiosos a los dos. Joder, con ganas de llegar a la habitación y desquitarse ahí mismo.

Todo tenía que ser clandestino.







Ayuda no se que hice, en fin, esto va a tener que ser un fic más o menos largo, cada vez se me ocurren más y más escenas,la idea era hacerlo corto, pero ay equis.

¿Les está gustando? Díganme o lloro.

 𝗘𝗡𝗖𝗨𝗘𝗡𝗧𝗥𝗢𝗦 | ᴍᴜᴢᴀɴ ᴋɪʙᴜᴛsᴜᴊɪ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora