El Árbol de Roble

17 Jongin Pov

¡Advertencia! - Estimados lectores, tengan en cuenta que en este capítulo habrá una descripción del suicidio, es un poco pesado, así que piensen bien antes de decidir si quieren leerlo o no. 

Jongin volvió a mirar al chico, sus ojos brillaban con anticipación.

... ¿Viniste aquí solo para encontrarme y darme esto?... penso Jongin incapaz de atreverse a hablarle.

Tocó con cautela las flores de la corona. En ese momento, un fuerte grito llegó desde las puertas de la herrería.

"Estamos tremendamente agitado,  ¿qué diablos estás haciendo allí?"

Asustado por la voz enojada, el niño, que había dudado por un tiempo, se dio la vuelta y corrió hacia el bosque. Jongin miró con desagrado la fragua.

"... Solo estoy tratando de traer más carbón ya que se nos acabó".

"¡Entonces apúrate y deja de soñar despierto!"

Jongin suspiró y empujó el carro hacia el bosque, siguiendo la dirección hacia donde corrió el chico.

Tenía que ver con sus propios ojos que el niño regresaba sano y salvo a la dependencia, de lo contrario se sentiría incómodo. Lo miró ansiosamente, que corría a través de los frondosos árboles del bosque. Luego, volvió a mirar la corona de flores que colgaba del mango.

¿Hiciste esto por mí?...

No pudo evitar reírse al pensar en el tejiendo una corona de flores con sus pequeñas manos. Su fatiga fue olvidada mientras empujaba el carro vigorosamente con pasos ligeros.

Después de confirmar que el niño había regresado a salvo a la dependencia, regresó a la herrería donde vio a herreros afanosamente martillando. Uno de ellos lo miró con furia, como diciéndole que se diera prisa y hiciera sus quehaceres, y Jongin se tragó un suspiro.

Anhelaba volver a casa y poner la corona de flores en un lugar seguro, pero aún quedaba mucho tiempo antes de que terminara el trabajo en la herrería. En cambio, Jongin escondió el regalo en el almacén, luego regresó a los hornos y comenzó a abanicarlos con los fuelles. Finalmente, cuando llegó el momento de volver a casa después de terminar el día de trabajo, todo su cuerpo estaba empapado de sudor.

Se lavó la cara bruscamente con el agua del abrevadero y fue al almacén a recuperar la corona de flores. Después de medio día, las flores se habían secado un poco. Mirándolo con pesar, escapó de la herrería y lo sostuvo con cuidado con una mano para evitar dañar los pétalos.

Pasando por el bosque del color del atardecer, se dirigió a la parte trasera de la dependencia donde un jardín lleno de flores de verano se desplegaba ante sus ojos. Sin embargo, el niño no estaba a la vista. Es posible que la hayan regañado por vagar solo en secreto.

Jongin miró el lugar donde a menudo se sentaba solo y metió la mano en su ropa, sacando la corona de herradura que había hecho. Pensó en dejarlo allí para que el lo encontrara, pero todavía estaba demasiado en mal estado. Jongin, que tocó el anillo de hierro sin brillo con las yemas de los dedos, lo tomó de nuevo en sus manos.

Si compraba unas cuentas pequeñas en la aldea y decora la corona con ellas, será más digno de ver.

Pasó rápidamente por la dependencia y salió de las puertas del castillo. A pesar de que tuvo un día más ocupado de lo habitual, sintió que estaba volando. Bajó la colina con cuidado, para evitar que ni un solo pétalo cayera a causa de la brisa.

Su cabaña estaba silenciosa como un ratón muerto, su madre probablemente estaba esperando hoy en la colina nuevamente. Su madre, que siempre subía la colina, miraba a la distancia o fingía no conocerlo. Jongin se tragó un suspiro amargo mientras miraba su chimenea, donde no se elevaba ni una sola bocanada de humo. Pensar en la fría e incómoda quietud de la casa hizo que se le oprimiera el pecho.