El Árbol de Roble

100. He Llegado a mi Limite.

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Sin embargo, los cielos lamentablemente parecían no escuchar sus oraciones. Después de cinco días de viaje bajo el sol abrasador, no había ni un charco a la vista, y mucho menos un arroyo. Había árboles ocasionales y arbustos espinosos esparcidos escasamente, pero era extremadamente difícil encontrar agua. La mayoría de los barriles de agua que se habían amontonado como una montaña en los carros, se agotaron rápidamente. Naturalmente, lavar sus cuerpos estaba fuera de discusión.

La expedición avanzó todo el día por la tierra desolada sin una sola brizna de hierba. Todos estaban cubiertos de sudor y polvo, y hasta el momento, habían tenido dos encuentros más con monstruos. Una vez, tres semidragones se abalanzaron sobre ellos cuando pasaban por un campo rocoso, y al día siguiente, todos los carros que transportaban fueron casi reducidos a cenizas por una salamandra escondida entre las rocas. Soo estaba aterrorizado por el lagarto gigante que arrojaba fuego, pero los caballeros estaban contentos de haber obtenido una preciosa piedra de maná de fuego del cuerpo de la salamandra. Ahora le había crecido un estómago lo suficientemente duro como para soportar ver cómo desarmaban los cadáveres de los monstruos, pero de todos modos no había otra opción.

De hecho, en los últimos días, se han encontrado con varios monstruos y a menudo había visto a los caballeros limpiar los animales que habían cazado para comer. Eso hizo que sus finos y sensibles nervios se rompieran, ya no sonreía alegremente cuando encontraron un lindo conejito entre las grietas de una roca. En cambio, tendría un pensamiento sombrío sobre si sería un ingrediente para el estofado de esa cena. No podía decir si este cambio en él era bueno o malo.

"Comandante, no queda mucha agua. Tenemos que encontrar al menos un charco hoy".

El Caballero Christian Yu llamó mientras tomaban un descanso para alimentar a los caballos. Jongin, sentado en una roca y masticando un trozo de carne seca, miró por encima del hombro para ver el único barril de agua que quedaba en el carro. Soo pudo ver el pliegue que se formaba entre sus cejas. Miró a su alrededor por un momento, luego respondió con calma con una voz clara para que todos lo escucharan.

"Podemos llegar al Bosque Caldical al mediodía. Solo necesitamos aguantar cuatro horas más".

Soo lo miró con curiosidad, preguntándose cómo podía predecir las rutas con tanta precisión. No había nada a su alrededor salvo rocas y arbustos espinosos, pero Jongin siempre sabía exactamente en qué dirección ir y cuánto tardaría en llegar. Siempre dirigió la expedición con gran liderazgo y convicción inquebrantable, y los caballeros nunca dudaron de sus juicios. Fueron sus habilidades y prudencia las que fueron la base de la absoluta confianza que los caballeros le habían brindado.

Después de su descanso, partieron una vez más a caballo. Cabalgaron durante horas sin parar, y pronto, como dijo Jongin, un brumoso campo verde comenzó a emerger del horizonte. Soo se olvidó instantáneamente del cansancio que pesaba sobre sus hombros y llevó a su caballo a galopar vigorosamente hacia el bosque. Unos momentos después, la expedición llegó al denso bosque lleno de árboles gruesos. Soo exhaló profundamente tan pronto como se refugiaron bajo la sombra oscura proporcionada por el alto follaje.

El aire a su alrededor todavía estaba nublado por el calor, pero gracias a las exuberantes hojas que cubrían el sol, hacía que el calor fuera mucho más soportable. Sin embargo, después de adentrarse un rato en el bosque, todavía no había agua a la vista, ni siquiera un pequeño charco. Soo se puso cada vez más ansioso. Probablemente no podría soportarlo si no pudiera lavarse hoy.

Por favor...

rogó mientras miraba a su alrededor, con la esperanza de siquiera vislumbrar un manantial estrecho y moteado. Entonces, Jongin de repente dejó de moverse y les anunció.