El Árbol de Roble

Bab Tak Berjudul 169

Un castillo destrozado, cuerpos sin vidas regados por todos lados, la neblina pesada cegaba gran parte de la vista, pero los oídos no podían escapar de los alaridos de los heridos de guerra.

La vision era desgarradora, pero asi como los rayos del sol empezaron a tintar el cielo con un amarillo tenue, asi mismo los heridos se fueron atendiendo, los cuerpos se fueron removiendo y preparandose para su santidad, y la esperanza de el fin de una guerra, era lo que mas se plasmaba en cada rostro cansado con el que se topo Kyungsoo.

Tardaron días en recomponer sus almas, semanas en restaurar el lugar y limpiar los cuerpos, las mentes aun engañaban con restos de un trauma y el asedio que deja el pelear por defender tierras, tu libertad e incluso tu vida.

Pero la satisfacción de alcanzarlo, era invaluable, cada que Kyungsoo se encontraba con alguien, incluso desconocido, siempre sería apreciado, adulado, pero también, intentarían manipularlo. parece que cada persona quería poner sus garras sobre la posición de goem. la cual Kyungsoo resguardaba muy celosamente.

Pero las semanas se convirtieron en un mes y aun no sabia nada de Jongin ni de los Remdragon.

Mientras alimentaba a Rem en el establo Mark vino corriendo y gritando, "llego un mensaje" el cuerpo de Kyungsoo tembló, y corrió hacia él deseando que fueran buena nuevas. "La princesa tiene el paquete..." Kyungsoo no le dio chance de terminar de hablar y corrió en dirección a la carpa de la princesa, entrando sin pedir permiso y estudiando su rostro antes de preguntar, las palabras no fueron necesarias.

Con el pergamino en mano la princesa le sonrió mientras le decía"tu esposo está bien, pero el maldi.. el sin verguenza solo escribió "mission terminada" la princesa le entregó el pergamino en las manos para que él mismo lo certifica, mientras Kyungsoo leía las dos únicas frases escritas en el papel, no podía más que tener una lucha interna entre matarlo y agradecer que él estaba bien... pero y los demás, y Baek, cuantas bajas había, Jongin estaba herido o ileso. Lágrimas se formaban en sus ojos de preocupación y frustración, porque con Jongin nunca había un intermedio.

Mientras limpiaba su rostro con las mangas de su camisa, podía escuchar en el fondo a la princesa refunfuñar, "por que ese tipo no puede aprender a comunicarse, como le voy a dar un reporte a mi padre con solo dos palabras..." al menos eran dos los preocupados, aunque fuera por diferentes razones.

Kyungsoo puso el pergamino en la mesa y salió a tomar aire.

Era angustiante necesitarlo y no tenerlo, preocuparse por él pero ser incapaz de sacar esta ansiedad de su pecho cada vez que pensaba en él. Jongin era tantas cosas para Kyungsoo pero nunca una sola.

Las campanas sonaron y un grupo de soldados cansados entraron al castillo siendo aplaudidos y atendidos.

Kyungsoo no pudo ver sus banderas por la distancia asi que corrio hasta ellos buscando a Jongin con desesperacion, pero al no ver su rostro en las primeras final alzo su vista a las banderas ondiantes y con desden se dio la vuelta, estos no eran los primeros grupos en llegar, ya que todos habian oido de la victoria del castillo, de alguna manera se aglomeraban aqui, para una celebración comun, la victoria del reino.

Esa noche abría otro banquete, para la honra de los soldados y Kyungsoo faltaria una vez más, agazapado en lo más oscuro de la iglesia rogando por la pronta venida de los Remdragon, sanos, salvos y todos.

Era ya la media noche cuando Kyungsoo salio de la basilica, un rosio de llovizna caia desde lo mas alto, el pasto verde ya regenerado a sus pies crujía entre las gotas de lluvia, y la fresca brisa humedecia la piel de su rostro, respiro hondo las plantas mojadas que desprendian su olor fragante, con el corazón apretado por la música que aun se podia oir en el fondo, ahora que estaba afuera, cada sonido a su alrededor era vivido a sus oidos.