138. El Reencuentro

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La despedida de Anatol fue más amarga que su llegada, El corazón de Kyungsoo que se había fortalecido en estos años se estaba arrugando ante la tristeza, ver anatol otra vez hacerse pequeño ante sus ojos mientras él se alejaba de sus tierras, sin haber podido ver ni siquiera la sombra de Jongin.

Se sintió como un deja vu, donde la única diferencia era que su magia ahora está circulando vivamente en sus venas, pero sin poder mostrárselo a Jongin para que este se enorgulleciera de él.

Kyungsoo quería hacer tantas cosas con su magia, e irse de excursión no era una de ellas, no sin Jongin al menos.

Kyungsoo recuerda las palabras de Taeyong "Le escribí a Jongin, mande la carta con un halcón, así que llegara rápido"

Kyungsoo no podía creer cuánto había cambiado la mensajería en solo dos años, se emocionó de que Jongin supiera de su regreso, pero su corazón aún mantenía recelo de pensar, se alegraría de mi regreso? Se pondría molesto de escuchar que era en una expedición lo que me había hecho regresar? o peor aún... podríamos siquiera llegar a encontrarnos?

Después de escuchar que Soo iría a Pamela Plateau nuevamente, Taeyong se enojó. Sin embargo, no pudo hacer nada al respecto porque Soo aún no estaba oficialmente "fuera" de la torre y estaba cumpliendo con su deber. "Los magos de la World Tower deben seguir las leyes de la World Tower. No hay excepción en la realeza, no en los aristócratas. El es miembro de nosotros y ha jurado obedecer nuestras leyes. Si vas a obligarlo a quedarse aquí, voy a poner bajo custodia al Mago de la Torre del Mundo". dijo Park Seo.

En cambio, Taeyong le enseñó a Soo un poco de defensa personal, Tae trató de convencerlos de que dejaran que Soo trajera algunos Remdragon como sus guardias, pero el capitán de los caballeros sagrados el señor Park Seo se negó, diciendo que no era necesario.

Al final hicieron un trato; Soo trae a Taeyong para que lo acompañe como su único guardia, y a cambio obtuvieron algo de comida, caballos y materiales necesarios para su expedición. Por esta razón Park Seo estuvo de acuerdo y con el ceño fruncido anunció su partida.

La expedición que llevaba tres semanas sin altibajos no salió como esperaban, entre los bosques en su camino a Plateau uno horda de muertos vivientes atacó al campamento, eran demasiado para contarlos, demasiados para contenerlos y demasiado inexpertos la mayoría de los magos como para saber cómo afrontarlos.

Kyungsoo usó su experiencia para guiar a sus compañeros, sobre qué encantos usar y de qué manera protegerse. Por supuesto un grupo de los Caballeros Sagrados se quedaron junto a ellos para protegerlos, pero el miedo plasmado en los rostros de los jóvenes magos no se hizo esperar.

Bolas de fuego, ataques de maná hechos luz, espadas chocando contra cuerpos podridos y los gritos horrendos de muertos vivientes llenaban el aire de un terrorífico sonido dramático de guerra.

Su visión está por todas partes, sus amigos, los caballeros sagrados, los muertos vivientes que reaparecieron en tantos que era incapaz de sumarlos, inapto de concentrarse en una sola cosa, ataca lanzando magia a cada soldado que parecía necesitarlo, mientras apoya a un compañero de magia que parecía petrificado de miedo.

Kyungsoo rogó a los cielos, que alguien llegara a ayudarlos, pues su experiencia en batalla le decía que las esperanzas de sobrevivir sin los caballeros Remdragon no eran muchas.

... Como magia, sus ruegos fueron escuchados.

Los Caballeros del Remdragon no tardaron en escucharse, estos marcharon golpeando implacablemente a los muertos vivientes con lanzas y hachas. Las bestias rodeadas por los Caballeros del Santo Padre y los Caballeros del Remdragon corrían hacia los necrófagos que cayeron al suelo. Los caballeros condujeron sus caballos sobre ellos y aplastaron brutalmente los cuerpos de los necrófagos carbonizados.

El Árbol de RobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora