Entre dos tiempos / Nayeon [FANBOY]

Capítulo 30 / Mi historia parte 2

No quisiera hablarte acerca de esto, tampoco quiero mentirte; pero, sino lo hago ahora lo descubrirás y te enojarás conmigo. Nuestra conexión en el futuro será tan fuerte que en el momento que volvamos a estar juntos podrás ver y sentir todo lo que me pasó.

Por eso quiero dejarte claro que nada de esto fue tu culpa y aunque yo me haya sentido abandonado no es como realmente me sentía siempre. Espero que lo puedas entender cuando nuestra conexión vuelva.

Cuando llegamos a ese lugar me habían dormido, no entendí como pasó pero no me parecía extraño. Al fin cuando pude ver habían muchos hombres vestidos de verde y en sus manos llevaban algo, talvez un tipo de arma parecido al arco y la flecha, todos apuntando hacia nosotros.

No era solo yo, sino varios otros hombres y mujeres. Uno de ellos, talvez su líder gritó dándonos la bienvenida de vuelta; estábamos en Corea del Norte.

Un fuerte sonido llamó mi atención, hombres y mujeres a mi lado izquierdo y derecho gritaban con desesperación, rogaban por su vida. Aquella arma tenía un sonido muy fuerte y mataba a las personas al instante.

Frente a mí murieron dos mujeres y tres hombres, todos tenían un agujero en su cabeza.

Realmente pensé que este mundo, el futuro sería mejor. Pero parece que nada cambió, esas armas que tenían eran mucho más peligrosas y amenazantes, hasta ahora todo el hambre y frío que pasé no fue nada comparado con lo que me iba a pasar.

Varios golpes con esa arma en mi cabeza me sacaron de mis pensamientos. Su líder me veía con mucha ira y continuó golpeándome.

-¿Por qué no gritas y ruegas por tu vida?

-No se ve asustado.

-Yo me encargaré de esto. -Me golpeó con mucha fuerza varias veces, casi podía soportarlo, enseguida me tomó del cuello e hizo que me arrodillara.

Realmente me sentí humillado. Cómo un futuro rey puede ser tratado así pensé, Me apuntó con el arma y la acercó a mi cabeza. En ese instante pensé que si no hacía algo iban a matarme, así que sujete aquella arma y golpee a su líder con mi cuerpo.

Habría usado esa arma pero no tenía idea y tampoco podía, al final antes de que cada uno de ellos dirigiera su arma a mí los golpeé, por suerte tenía a su líder como mi escudo sino me habría llevado unas cuantas heridas.

Los prisioneros que aún estaban vivos me ayudaron, se levantaron y tomaron las armas de varios soldados a los que golpeé y me ayudaron a matar a los otros.

Ahora eramos nosotros los que tenían a todos esos hombres rogando por su vida.
Dejamos inconscientes a todos y salimos de ese lugar, me pareció extraño no ver a nadie más fuera, esos hombres realmente pensaban que esto sería fácil.

Nos ocultamos en el bosque, entre los árboles; caminamos por mucho tiempo sin saber a dónde ir, o eso pensaba.

Uno de los hombres que me salvó la vida nos llevó hacia un lugar en el que pudiéramos estar seguros o al menos soportar el frío. De nuevo pasaron otros cinco días o talvez una semana, entre aquel hombre y yo buscamos la manera de escapar, teníamos que salvar a tres mujeres y otros dos hombres que aún eran muy jóvenes.

Él me contó todo lo que sabe y enseñó a usar las armas, después todo fue más fácil; teníamos cinco armas y cuatro granadas, las municiones eran las suficientes como para escapar.

Escapamos en un barco pesquero, por suerte aquel hombre parecía ser bueno. Ocultamos a las mujeres y nosotros fingimos trabajar para el dueño del barco. Teníamos nuestras armas preparadas por si ocurría algo, esperaba que no las tengamos que usar.