𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 3: 𝐿𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑣𝑖𝑟𝑡𝑖𝑜́ '𝑒𝑠𝑡𝑜'

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Vagué por los pasillos de la universidad, perdido en mis pensamientos, en los recuerdos que incluían una falsa mentira en mi confección. Una falsa respuesta de tu corazón, a la pregunta del mío.

Sin rumbo aparente llego al final de uno de los pasillos, encontrándome con algunos salones obsoletos por los años. Me detuve y observe mi reloj, atine a asistir a la última clase, emprendí media vuelta para regresar, y lo escucho. A él, hablando sobre ti.

Logro esconderme, mientras observo en su dirección. Él hablaba de ti, con un hombre más viejo, de barba y cabellos rojizos.

Hablaban de lo muy nervioso que estuvo él cuando te le acercaste, aunque pareciera calmado en el exterior. De los cumplidos que te dijo, y como correspondiste a ellos. Que, aquel chico, que tanto te atrae, adora tus gatunas mejillas. Una sonrisa enamorada se extendió en su rostro.

El sentimiento de atracción es mutuo.

Me aleje del lugar. Me dije a mi mismo que no había escuchado eso.

Al finalizar las clases, te hallabas en la puerta del salón esperando a que saliera. Estas ansioso.

―¿Qué te ocurre? ―logro preguntarte, mientras colgaba la correa de mi maletín, reposando en mi hombro derecho.

―Debemos empezar a planear todo. Entre más pronto, mejor.

―Hoy es nuestro día, Naruto ―me aparto de la puerta, para iniciar una caminata a la salida.

―Por eso. Viernes de amistad, también es una ventaja. Podemos pedir pizza en mi casa y ver películas mientras planeamos.

Me detengo de golpe, haciendo que te chocaras con mi espalda. Shikamaru estaba a unos metros de nosotros. No quería que nos topáramos con él, así que, dándome la vuelta sin darte la oportunidad de reaccionar, te tomo entre mis brazos. Coloco mi brazo alrededor de tu espalda y el otro alrededor de la flexión de tus rodillas. Sonrió al saber que por inercia colocas tus brazos alrededor de mi cuello. Tu cabeza descansa en mi pecho, mientras sonríes.

―Bien, iremos a ver películas.

Tomo un camino más largo a la dirección de los estacionamientos, pero vale la pena, si así te distraigo de él.

Lo único que me queda ocultar es mi amor por ti, aunque sea visible para las miradas externas. Suena estúpido que lo diga, pero luchar se me hacen imposible. Debí de haberte olvidado antes. Sin embargo, no ayudas, mi corazón no ayuda. 

Cuando salimos del estacionamiento, hicimos algunos mandados antes de ir a tu departamento.

Ambos se hallábamos pijamas, a petición tuya. Creíste que me molestaría, pero fue todo lo contrario. Me daba igual ponerme ropa de payaso, si lo hacía contigo, así que solo te apoye. Buscamos algunas colchas y las acomodamos en suelo de tu habitación, siendo el lugar en donde nos quedaríamos a dormir.

Salí de la habitación, dirigiéndome a la bolsa de dulces que había comparado, mientras tu pedías las pizzas en el local. Coloque una porción de estos en un bol, guardando los demás dentro de unas gavetas en la cocina. Cuando regresé a la habitación, ya tenías el orden de las categorías de películas que íbamos a ver. Un poco de acción y películas infantiles.

―Sasuke ¡Quita esa cara! ¿Seguro que no estas molesto por la elección?

Me acerco a ti, dejando un beso en tu frente mientras niego con la cabeza.

―No estoy molesto, para mi está bien.

Adore el rojo de tus mejillas.

Dejo en una mesita lo traído para consumir, aunque reír al observar tu rostro. Estabas deseoso de acabar con todo.

El Deseo De Un Buen Amigo (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora