Capítulo 2. "Ojos negros"

120 5 0
                                    

Pero antes de que el chico se diera cuenta, la señora robusta elevó su frente unos pocos centímetros y dejo al descubierto sus ojos.

No eran unos ojos comunes y corrientes, tenían una forma anormal. En vez de estar de forma horizontal, unidos a los lados izquierdos y derechos de su cara, éstos estaban de arriba hacia abajo.

No eran de un color normal, eran completamente negros. Sin pupila y sin iris. Completamente negros. Y al mismo momento el caballero del diario se sacó los lentes y dejó al descubierto otro par de ojos totalmente idénticos. Completamente negros.

El chico no pudo gritar, no sintió que fuera capaz de hacerlo debido al horror que se había llevado. Los escolares pasaban a su lado de forma calmada y sin distinguir el punto de su mirada. Quizás hubo un momento en que su respiración se cortó... o fue cortada. Sintió el corazón latir a mil por hora, y sin sentir ninguno de sus músculos. Su cara dio un giro tan fuerte, que le dolió por la falta de oxígeno y sus ojos se fijaron en ese caballero tan poco… humano.

Todos pasaban con algo de curiosidad, pero la curiosidad se esfumó cuando vieron la cabeza del chico caer al piso como una bola de bowling.

Dejando una hilera de sangre, la cabeza sin vida rodó por el suelo hasta captar la atención de algunos pocos chicos. Se escucharon gritos en medio de la multitud, luego a estos se fueron uniendo más gritos hasta que el grupo de los 4 chicos que comandaba el “Paseo” se dio vuelta y miró con curiosidad el desorden que se desataba en personas corriendo y gritando por todos lados. Sólo algunos quedaron impactados y congelados mirando todo lo que pasaba. Entre ellos se encontraban Sam, Mark, Anthony, Maya, Dave, Adele y Regina. Sus bocas estaban caídas, y no creían que todo estuviera pasando en ese minuto, frente a sus ojos.

La imagen del chico degollado llegó hasta los ojos de los que estaban estupefactos, y estos comenzaron a acercarse.  Estaba el cuerpo inmóvil en el piso y no estaba el causante de esa escena. Maya se tapó su boca con las manos y Dave quedó inmóvil detrás de ella. Nadie vio como había pasado, pero todos habían visto la sangre correr, incluso algunos quedaron con rastros de la misma sangre en sus rostros. Adele miró a un lado y vio a Mark corriendo tras un caballero que caminaba calmadamente. No creyó lo que pasó después hasta que sus propias piernas estaban corriendo a socorrer al pobre chico.

El tipo de la ropa formal se había girado, y de su brazo, el cual se había alargado increíblemente, había salido una gran pinza, como la de los escorpiones, y con esa “cosa de brazo” que no podía ser nombrada de otra forma, atravesó a Mark en el estómago.

La señora robusta caminó hacia Anthony, el chico estaba solo, y le tomó el hombro. Éste, por inercia se alejó del brazo de la mujer… Pero la mujer, que era impresionantemente más fuerte que él, lo agarró con algo que parecía ser su lengua, y comenzó a estrangularlo.

Sam arremetía golpes en contra de la señora, tomaba la lengua de ésta y tiraba, pero lo empeoraba  y no soltaba al chico que era tan grande como ella. Su lengua ya no podía ser desprendida, se había incrustado en su piel. No había forma de salvarlo. Y mientras ella terminara con Anthony, el próximo sería Sam.

Regina, con su cara poco visible a la oscuridad, se acercó al chico Parkour y comenzó a observar la cabeza, a 30 centímetros de distancia del cuerpo. Nada se veía tan real. Todo parecía una película de terror-acción en 3D.

Maya sentía la respiración de Dave en su cuello. Podía sentir el miedo, y como la transpiración helada le bajaba por la espalda. Sus manos estaban húmedas, y su pulso era horrible, más horrible de lo normal. Sus manos no dejaban de tocar sus piernas para secarse y porque estaba tiritando peor que celular en modo vibrador. Su estómago le decía que debía doblarse para desprenderse de su almuerzo antes que se manchara la ropa. Su corazón no decía nada más que un sonido parecido a una banda de guerra, pero sólo los tambores. Y su cerebro le demandaba hacer algo. Ella había leído muchas cosas heroicas en situaciones como éstas. Pero ninguna le había dicho que se sentiría como si el hecho de tener contacto con algo ya la tendría condenada a muerte.

De pronto, la respiración de Dave desapareció. Sólo un milisegundo después, se escuchó el grito que desgarró todos los músculos congelados de Maya. Nada podía ser peor. Un tercer tipo de ojos negros sostenía a su mejor amigo en el aire, lo tomaba por el cuello y sus manos se escondían en su rostro. La fuerza que arremetía le podría costar la mortalidad a Dave. Pero nada de eso podía pasar. Ya había más de 20 cuerpos inmóviles en el piso, sin remedio. Y Maya no había hecho nada. Ella era más fuerte que esto. Ella lo era.

Tomó su bufanda y rodeó al tipo por el cuello. No sabía que la lana era tan resistente hasta que vio al tipo en el piso, de espalda; o quizás había sido su fuerza, no lo sabía. Dave quedó en el piso, no se movía o eso creía. Se fue a la parte donde estaba Anthony, Sam y esa señora que se había ganado el odio de Maya, por el hecho de tener una expresión de demasiada satisfacción. Y por ser una mujer asesina de adolescentes. Tomó una gran rama y la incrustó en la piel de la vieja mujer. Quizás la incrustó, o fue que la soltó y Sam la empujó hacia adentro, no lo sabía. Fue corriendo donde estaba el tipo del diario y le arrojó su mochila, no fue un movimiento inteligente, pero no había tiempo de pensar posibilidades. De fondo escuchó unos gritos. Algunos eran humanos, otros no. La mochila, que iba directo a la cara del tipo, de pronto fue hacia abajo. El tipo la había golpeado en contra de su dirección con su “cosa de brazo” y era tan largo que alcanzó a Maya. Ella se había logrado cubrir, pero su espalda había terminado con un corte desde el hombro izquierdo a la cadera derecha. Toda su espalda.

Cayó al piso, y vio a Adele, mirando hacia arriba, hacia el tipo, o los tres tipos. Su vista se había vuelto borrosa, y los otros chicos también estaban en el piso. Sus amigas no se habían ganado ningún rasguño, al igual que Sam. Adele sacó de la mochila de Mark una cortapluma, “¿Por qué tenía una cortapluma?” o “¿Por qué Adele sabía que tenía una cortapluma?” o “Quizá no lo sabía, sólo esperaba encontrar algo útil” eran los pensamientos que cruzaron la mente de Maya. Pero ya nada valía. Adele arremetió la cortapluma al hombro del tipo del diario y este no se movió, en cambio, le arrojó el brazo al pecho o a la cara o a la pierna y la empujó con fuerza a una distancia de 5 metros. Maya seguía observando. Quizás todos los chicos estaban observando. Deseaba con todas sus ganas que también estuvieran viendo, que no estuvieran muertos.

Los tres tipos se pusieron alrededor de Adele, la iban a descuartizar en conjunto, quizá se iban a repartir las partes, Maya no dejaba de pensar en las montruosidades que planearían con ella. Solo supo que su mano estaba sobre la navaja y la incrustó con tanta fuerza en el cráneo del tipo que estaba estrangulando a Dave, que incluso su mano se adentró en la “carne” del ser, dejando sus manos bañadas en mucosidad transparente. Su fuerza salió de la nada, porque al momento que tuvo contacto con la piel, arrancó la navaja de la cabeza. Luego, la navaja estaba en el ojo de la señora robusta, del cual no salía líquido, pero se veía como el color negro se desprendía del ojo, o quizás solo lo estaba cerrando y los párpados tapaban la vista, no podría asegurarlo. Luego su vista se aclaró por segundos. Estaba frente al tipo que restaba, al único que seguía en pie, y corrió hacia él con la navaja en el aire e impulsada logró causarle una herida de 10 centímetros verticalmente, su mano encontró el orificio que la navaja había dejado en el hombro del tipo y sus dedos se anclaron, tomando el brazo por el interior. Maya saltó con todo su peso sobre el tipo y lo arrojó al suelo, donde cayó sobre él. Sus ojos dolían, su espalda dolía, sus rodillas dolían, y no creía que sus oídos fueran a dinstinguir cualquier otro sonido más. La navaja encontró 10 o mil veces la cara del tipo, éste ya ni respiraba, creía Maya, mientras que su brazo no dejaba de moverse de arriba hacia abajo. Sangre, o saliva, o sudor entraba en contacto con su mano. Pero no paraba de lanzar apuñaladas.

Luego de un tiempo, lo siguiente que vieron los ojos de Maya fue oscuridad. Una oscura, y una lejana oscuridad.

***

Hola, lectores/as. Me llamo Emily y como es mi primera novela, tengo pensada subirla dos veces a la semana, espero lograrlo. (: El final es, incluso, desconocido para mí, asi que espero que suban sus teorías cada capítulo y atentos los fines de semana. *Créditos a Tumblr por la imagen de portada. Editada por mí. ^-^* PD: Gracias por leer. :D

Teen MutantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora