Dave se encontraba solo, en una sala aparte. No veía nada, para él todavía había una oscuridad, pero no era lejana, algo le obstruía la vista. Sus manos estaban atadas, también sus pies y su abdomen. ¿Qué habría hecho para estar atado?, ¿acaso se había vuelto loco? Si hubiera golpeado a alguien, las ataduras no habrían sido en vano. Y si fuera por problemas mentales, seduciría a Maya, usando a favor sus problemas mentales.
Deseaba haber golpeado a alguien, pero no lo recordaba. Sólo recordaba la última vez que escuchó eso y que su cabeza estaba pesada, y las estúpidas preguntas que se hizo.
Pero no recordaba nada más.
-¿Crees que esté listo? –dijo alguien, rompiendo el silencio que dejaba para pensar a Dave.
-Sólo lo sabremos al sacarle las vendas.
¿Estaban hablando sobre él?, ¿vendas?
-Está bien. Creo que es hora.
Sintió unos pasos muy cerca de él, a su lado.
-Dave –le dijo una mujer.
-Ese soy yo –dijo él con su típico humor y mostrando su gran sonrisa.
-Bueno, Dave –dijo la mujer, con gran delicadeza-, vamos a sacarte las vendas de los ojos.
-Mmh, eso suena bien.
-Sí –la mujer estaba ¿nerviosa? Se tomó una larga pausa antes de seguir hablando-, espero que tomes con calma todo esto, de todas maneras, estás vivo ¿no es así?
-Creo que si no fuera así, lo sabría –pudo haber sido un comentario algo sarcástico, pero de la boca de Dave nada salía en tono malhumorado, incluso fue gracioso ya que escuchó a la mujer soltar una pequeña risita.
Sintió manos alrededor de su cabeza, era el momento en que volvería a ver. Sus ojos estaban ya aburridos de sólo ver una oscuridad que no daba atisbos de nada; fácilmente pudo haber pensado que estaba muerto, que no había sobrevivido y este iba a ser su futuro por el resto de su... ¿Vida? Si estuviera muerto no sería inteligente decir vida, pero si su alma sentía eso debía llamarse vida, ¿no?
De a poco las vendas corrían y cada vez sentía menos aplastado el cráneo. Su cabeza percibía el aire que circulaba a su alrededor, y eso era lo más refrescante que había sentido luego de... ¿Cuánto tiempo habría transcurrido después del trágico hecho?, ¿unas dos semanas? ¿Máximo?
Ya alcanzaba a ver algo de luz, sus párpados estaban cerrados por lo que veía sólo una luz roja, esa luz era cegadora luego de haber visto tanta oscuridad, pero si estaba en lo oscuro ¿podría ver algo?, ¿se podría decir que había visto oscuridad?
Dios, este era un tiempo récord de preguntas, y aún no terminaban con sus vendas. Sólo una vuelta más y la luz lo cegaría, una vuelta más y volvería a la normalidad...
Abrió los ojos y vio blanco.
Entrecerró los ojos por un momento, la luz lo cegaba. Parpadeó un par de veces y luego abrió los ojos por completo. Segundos después sus ojos enfocaban mejor, mostrando a una mujer delgada, rubia y de baja estatura, y su voz le encajaba perfecto con su cara. Su expresión de preocupación y precaución, dejaron a Dave con curiosidad.
-¿Hay algo mal? –preguntó Dave juntando sus cejas.
-No –se demoró en contestar la mujer rubia-, sólo... ¿Ves bien?
Su tono era demasiado curioso, casi no creía que Dave pudiera ver, ¿qué le daría para pensar eso?
-Claro, veo como siempre. ¿Por qué?
-No, por nada. Sólo debía corroborar si todo había salido bien.
Y salió de la sala.
Dejó a Dave ahí, sentado en la camilla, sólo con su bata puesta y un par de pantuflas en el piso.
En ese mismo momento, en la sala de Maya, los chicos hablaban de la noche pasada.
-¿No se dan cuenta que pudimos haber muerto? –dijo Anthony, su tono algo elevado.
-¿Pero estamos muertos? –respondió Mark.
-¡Pero pudimos haberlo estado!
-¡Dios! ¡Podemos estarlo en cualquier momento, y no me estreso sólo por el hecho de mi mortalidad!
En realidad, Mark tenía razón. Y quizás Anthony aún no superaba el hecho de esa trágica escena. Después de todo casi había terminado degollado por la lengua de una mujer.
El chico desesperado miraba a Mark con las cejas fruncidas y su mandíbula apretada. Maya sólo estaba ahí, observando la escena, enviándole apoyo psicológico al moreno. La tensión entre esos dos se sentía como si irradiaran calor.
De pronto, por los lados de Anthony comenzaron a salir unas hileras de humo. Y salían de la camilla. Maya comenzó a buscar el lugar de dónde provenían y divisó las ataduras que el chico tenía en las muñecas.
Estaban cortándose, se derretían, y los brazos de Anthony, dejados al descubierto por las cortas mangas del camisón, se veían rojos.
-¡Anthony! ¡Tus brazos! –le gritó.
El chico miró a Maya, y luego a sus brazos. Su mirada reflejaba asombro y luego una pizca de miedo. Claro. La forma en que debes reaccionar si luego de casi haber muerto, tus brazos se encienden como lava.
En ese momento se abrió la puerta, dejando a la vista a una mujer delgada y rubia. Miró a Anthony y fue a ver sus manos, las cuales ya estaban de su tono de piel, pero sus muñequeras dejaban claro que no había sido una visión. Estaban todas rotas y el cuero derretido.
La mujer le desamarró los pies a Anthony, luego desamarró a Mark y finalmente a Maya. Y finalmente se marchó, sin decir nada, sin mirarlos a la cara, dejando la puerta entreabierta.
Los chicos se miraban. Si antes habían tenido alguna discusión, esa se había olvidado ya. Ahora lo curioso era todo esto. Ahora se debían juntar para responder la pregunta que todos se estaban formulando y todos sabían que pensaban igual. ¿Qué estaba ocurriendo?
La mujer salió de la sala y abrió otra puerta. Maya se dio cuenta que faltaba alguien. Dave. Pero en ese momento, un chico rubio, alto, salió sacudiéndose el cabello y desordenándolo en la forma que ella conocía. Era él.
Dave sonrió al verla y fue a abrazarla, pero un paso antes de que llegara a los brazos de Maya, ella retrocedió.
Era Dave. Ella lo sabía. Lo estaba viendo. Pero algo no encajaba en la típica cara de humor que él tenía. Algo había sido modificado. Algo como... Sus ojos.
¿Qué demonios? Se preguntó Maya. Sus ojos... Cómo podía ser eso posible.
-¿Qué pasa, Maya?
-Dios mío... -susurró.
-¿Ah?
-Dave... ¿Ves bien? –fue lo único que pudo preguntar. Nada más.
-Claro que veo bien. ¿Qué les pasa a todos? –Dave vio a los otros tres chicos que tenían cara de asombro.
-Tus ojos...
Maya estaba con su boca tapada con ambas manos, pero aunque estaba desconcertada, su sonrisa no podía llegar a ser más exagerada. Era increíble lo que los ojos de Dave reflejaban.
-¿Mis... ojos? –estaba anonadado. No entendía nada.
-Son rojos, Dave.
***
Buenas noches, lectores/as. Quería disculparme por la demora de la publicación, pero tuve unos severos problemas técnicos LOL Pero ya está aquí, asi que espero que lo disfruten (: Saludos sdchdns
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Teen Mutants
Science FictionSINOPSIS. Un grupo de adolescentes pasa por un duro episodio que cambiará el resto de sus vidas. Despertando en un lugar desconocido, con sus genes mutados, una Federación del Gobierno los comienza a entrenar. Sin saber a qué se enfrentan y cómo sal...