Teen Mutants

Capítulo 9: "Simulando".

Al otro día los chicos despertaron en conjunto, Maya escuchó como se movían los chicos de un lado hacia otro, desayunando en las camas. En algún momento había llegado alguien con los desayunos, y sintió un peso a los pies de la cama. Se sentó, sintiendo como su cabello estaba alborotado y se fregó los ojos, vio cabellos negros y piel pálida, Anthony la observaba y ella lo saludó, su cara estaba inexpresiva.

-¿Pasa algo? –dijo Maya.

-No –le respondió rápidamente-, creo.

-¿Crees?

-Los chicos me dijeron cómo estuvo lo de ayer, y me di cuenta que estaba mal, y aunque no soy de disculparme...

-¡Anthony! –lo interrumpió-. No estoy enojada contigo.

-¡Oh! –tiró su cabeza hacia atrás como si se hubiera quitado una obligación de encima-. Pensé que estabas jodidamente enojada conmigo, incluso no dormí.

-Wow –Maya actuó una cara de sorpresa-, que buena confesión, primer chico que no duerme por mí.

-Maya, tu sarcasmo que huele hasta acá –dijo Mark-.

Todos los chicos estaban riendo y Dave dijo algo que nadie escuchó, pero que de todas maneras todos percibieron.

Dave iba caminando hacia los bunkers junto a los chicos, iban a tratar de hacer algo con sus nuevos poderes. Eso era raro, pensar que tenían poderes. Se sentía como un niño de 5 años nuevamente, como cuando soñaba con ser el asombroso Spiderman, pero que nisiquiera podía subir unas escaleras sin terminar agotado. Y ahora estaban tratando de ver qué era lo que Valeria llamaba "poderes". Maya iba liderando la fila con la señora a su lado, no sabía lo que estaban hablando pero sabía que era algo relacionado con lo que él había dicho la noche anterior en la habitación. La chica de lentes sonreía y miraba a Maya, ¿sonreía? Increíble, debía tener una mente muy psicótica para sonreír ante la idea de torturar a unos adolescentes para saber qué tipo de rarezas son.

Llegaron al primer bunker donde Anthony se perdió en su interior, luego el turno de Mark y finalmente el suyo. Cuando entró a pensó en qué tipo de cosas hacía su amiga en su bunker, quién era el Experto que la trataba, cuál sería su poder.

En la mesa frente a él estaba Lynch, su Experto. Un chico de su altura, piel pálida, ojos verde agua y una personalidad tímida e hiperactiva.

-Hola, Dave –lo saludó con entusiasmo.

-Hola, Lynch. ¿Cómo va todo?

-Sin complicaciones, tus amigos van igual que nosotros. -, Lynch sacó su móvil, leyendo algo que Dave no pudo escuchar. Incluso a un volumen más elevado se le hacía difícil entenderle, debido a su velocidad al hablar-. Lo que nos lleva a hacer algo...

-¿Qué cosa? –Dave no entendió lo último.

-Dave –Lynch se le acercó-, hoy tenemos planes diferentes, Valeria nos contó lo que pensaron anoche y pasaremos a una clase de... simulación.

-¿Simulación?

Lynch pasó una tarjeta por la pared y luego de unos segundos vio como aparecía una puerta donde antes no había nada.

-Impresionante –dijo Dave.

Lynch abrió la puerta y adentro no había nada, sólo cuatro paredes completamente cubiertas de espejos, su Experto le entregó unos cables con adhesivos circulares y se los colocó sobre las sienes.

-Esto te hará ver cosas que no serán reales, pero así las sentirás, no corres ningún peligro mortal, solo te pondremos en situaciones que descubrirán tus capacidades, ¿entendido?

-Fuerte... pero no sé si claro.

-Algo es algo –dijo Lynch entregándole un vaso con agua-. Tómate esto, y comenzamos.

Eran cuatro salas de espejos, de mismasdimensiones, en cada una se encontraba uno de los chicos con los cables pegadosen sus cabezas. Poco a poco sus cerebros comenzaron a funcionar, los espejosempezaron a desvanecerse hasta que finalmente estaban a oscuras. Nada ocurriópor un momento hasta que se sintió en el respirar... El oxígeno comenzaba afaltar, sus pulmones fallaban y sus corazones se desesperaron. Algo sonaba ensus mentes, algo les decía que para detener esa sensación alguien debíaaccionar una caja que se encontraba en la pared, pero nadie veía la caja,tampoco sabían dónde se encontraban las paredes, la oscuridad era total. Loscuatro estaban en el piso, tratando de captar cualquier aire fresco, pero cadavez consumían más dióxido, no había forma de superarlo, hasta ahí llegarían.