Capítulo 4

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La luz de la mañana comenzaba a entrar por las ventanas del penthouse ubicado en el último piso de aquel edificio, los pájaros ya entonaban sus cánticos  para animar a los trabajadores y estudiantes que debían empezar su jornada

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La luz de la mañana comenzaba a entrar por las ventanas del penthouse ubicado en el último piso de aquel edificio, los pájaros ya entonaban sus cánticos  para animar a los trabajadores y estudiantes que debían empezar su jornada.

De manera perezosa el rubio empieza a abrir sus ojos para apagar la alarma, el reloj ya marcaba las seis en punto, con su mano talla sus ojos para despejar el sueño de su rostro. Como todos los días observa su cama; es grande, suave y se siente vacía, tanto espacio solo para el era desalentador.

Se levanta para encaminarse a su ropero para sacar la ropa que usaría el día de hoy, como debe asistir a la oficina escoje una camisa blanca de manga larga, un pantalón de vestir negro, un chaleco gris junto al saco negro y una corbata del mismo tono.

Si por el fuera usaría ropa más casual pero el CEO siempre debe mantener una imagen impecable, incluso si no era de su propio gusto, al dejar la ropa prepara camina hacia el baño donde deja su ropa de dormir en un gancho para darse una ducha bajo el agua caliente, el baño era espacioso contando incluso con una bañera que pocas veces usaba.

Sale del baño usando solo una toalla enrollada en su cintura dejando a la vista sus abdominales por donde gotas de agua aún caían, seca su piel para comenzar a vestirse como su rutina de siempre, al tener el traje perfectamente puesto procede a peinarse.

Su cabello es rubio y largo pero el prefiere llevarlo en una trenza dejando sus lados frontales expuestos para que el tatuaje de su cabeza se notará, muchos solían decir que parecia más un Yakuza que un empresario y realmente no entendida la confusión que se había formado en eso.

Al estar completamente listo va a su cocina donde un plato de comida ya está listo esperando por el, tenía un chef junto a un nutriólogo personal que eran los encargados de su alimentación, comer en su departamento le parecía solitario ya que era una mesa grande y solo el estaba ahí, sin nadie más.

Cuando el reloj marca las siete de la mañana Ken ya está fuera de su departamento esperando por su automóvil, un auto negro se detiene delante de el he ingresa en la parte trasera, el sabía conducir perfectamente pero prefería pagar a un chofer ya que le evitaba ciertas molestias. Como siempre va mirando la ventana, todo le parece tan normal y aburrido que no está seguro cuando su vida se volvió tan monótona de esa forma.

Las calles eran las mismas, los locales o la gente caminando apuradamente eran siempre los mismos ante sus ojos.

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