El Conejo y El Pirata

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El Conejo y El Pirata

−Bueno chicos, es un gran alivio el soltar finalmente la sorpresa de nuestro nuevo compañero− Freddy dio un gran suspiro mientras aflojaba su corbata y carraspeaba. -Será mejor que vayan a descansar, mañana será un nuevo día y las cosas estarán agitadas− Dicho esto observó a Bonnie− Aún no tenemos tu habitación completamente preparada, mis más sinceras disculpas.

Bonnie sonrió amigablemente para tranquilizarlo. -No hay cuidado Freddy, estaré bien con una almohada y una manta.

−Podrías quedarte con uno de nosotros. -Sugirió Chica bastante animada. -Sin embargo no considero que sea buena idea conmigo ya que soy una chica así que ¿Qué tal tú Freddy?

El oso se lo pensó un momento antes de contestar. -Pues no tengo problema, pero mi habitación está muy abarrotada para que el chico pueda estar cómodo, no creo ser el más adecuado.

Foxy estaba completamente perdido en sus pensamientos, tanto que no se dio cuenta de que todos lo estaban mirando y no fue hasta que el ave pasara la mano delante de sus ojos para que volviese a la realidad.

Los observó a todos al percatarse de sus miradas. − ¿Qué?− Enarcó las cejas, al parecer no había escuchado nada.

−Tú siempre, zorro bobo− lo golpeó en el hombro. -Por esta noche Bonnie dormirá en La Pirate Cove contigo ya que su cuarto aún no está listo y como tu habitación es la más espaciosa que la de nosotros... Pensamos que eres el adecuado.−Le explicó rápidamente Chica.

El pirata soltó un bufido de queja. − ¿Por qué conmigo? Muy bien puede dormir en la cocina...

− ¡No seas un egoísta! Es sólo por esta noche− Le reprochó irritada al escucharle.

−Me niego rotundamente, no dormiré con ese conejo− Dicho esto se cruzó de brazos decidido.

−Miren chicos de veras no importa... Estaré bien en la cocina como dice Foxy− Bonnie miró al nombrado fijamente y éste también lo hizo, eran unas miradas intimidantes.

Freddy suspiró con cansancio. - Iré por la sábana y la almohada, acompáñame Bonnie.

A penas se fueron, la rubia miró muy mal al zorro, tanto que si las miradas mataran él sin duda estaría muerto, con ella bailando encima de su tumba.

−Nena, ¿cálmate si? - Se le acercó un poco para intentar abrazarla y calmarla, pero lo empujó fuertemente haciéndole retroceder algunos pasos.

− ¡No estoy para tus estupideces! ¿Cómo pudiste ser tan grosero con el nuevo? ¿Se puede saber qué te pasa? - Le gritó muy enojada el ave.

Foxy se quedó sin habla, nunca había visto a aquella chica tan enojada como ahora y mucho menos se esperó que lo empujase. Luego de unos segundos finalmente reaccionó. -No me pasa nada, tan sólo y simplemente no voy a permitir que ese conejo ponga un pie en lo que se llama mi propiedad. No porque sea el nuevo empleado signifique que sea mi amigo.− Dicho esto de una manera tan arrogante junto a una sonrisa socarrona la chica se enojó mucho más.

−Eres... ¡Eres de lo peor! -Le lanzó una escoba y una esponja que él atrapo rápidamente, iba a reprocharle por la agresividad pero ella lo acalló nuevamente con una mirada asesina. -Es tu turno de limpiar, así que más te vale que todo quede limpio para mañana. -Caminó rápidamente hasta la puerta, luego se detuvo un momento. -Y a penas acabes irás inmediatamente a disculparte con Bonnie. -Y finalmente salió del cuarto sin si quiera mirarle.

No era para tanto...

Pensó el zorro mientras observaba los artículos de limpieza que había tomado con la mano y dificultosamente el garfio, encogió los hombros suspirando. -Qué se le va a hacer...− Salió directamente hacia el salón de fiestas sólo para encontrarse con un gran y total desastre, puso los ojos en blanco mientras se quitaba su chaqueta y la dejaba en una de las sillas.

Corazón MecánicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora