El guitarrista de la Fiesta

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El guitarrista de la Fiesta.

El pirata tomó su chaqueta de donde la había dejado y caminó junto al conejo detrás hacia la dichosa Pirate Cove. Bonnie se dedicaba a mirar distraídamente la nuca de éste, no había notado que tenía una cabellera más larga de lo que aparentaba ser, si bien le llegaba un poco más debajo de la nuca poseía un mechón más largo amarrado en una coleta.

''De seguro la esconde en su chaqueta...''

−Hemos llegado conejo.− Anunció el zorro logrando captar la atención del chico.

−Ah, claro Foxy.

Rápidamente el dueño de aquél territorio corrió de las cortinas para que, con una mirada algo orgullosa invitase a pasar al conejo.

El chico de cabello púrpura observó con detenimiento la zona de lo que parecía ser el escenario de aquél pirata, había un cofre junto a un poco de arena bajo éste y una silla donde suponía que Foxy se sentaba durante su show. Todo se veía normal.

Mientras Foxy cerraba cuidadosamente de las cortinas con el estampado de estrellas, Bonnie ya estaba acomodándose en el suelo para finalmente dormir.

− ¿Qué haces? - Preguntó confundido el pirata mientras se posicionaba frente a él, mirando hacia abajo.

Bonnie enarcó levemente las cejas confundido ante tal pregunta ridícula. -Pues, si no lo notaste me preparaba para dormir.

Al pirata se le escapó una carcajada tras escuchar al conejo, quien no tardó en fruncir el ceño molesto. − ¿Dije algo que fuera tan gracioso?

−Pues en teoría, sí. -Le miró divertido mientras le extendía la mano izquierda para ayudarlo a levantarse. -Éste no es mi dormitorio conejito. - Lo llevó rápidamente hasta más al fondo para correr nuevamente las cortinas con el garfio, lográndose divisar una puerta. -Es aquí.

−Nada de ''conejito'', soy Bonnie.

Ensanchó aún más la sonrisa de diversión al notar que había molestado a Bonnie con el apodo. -Por cierto pirata...− Le miró de reojo muy levemente sonrosado.

− ¿Qué pasa?

− ¿Podrías soltar mi mano? - Se veía avergonzado.

Foxy no se percató de tal detalle hasta que el conejo levantó sus manos, que aún estaban unidas. -Oh, disculpa conejito− Dio un paso atrás para ocultarse un momento en la oscuridad, se había sonrojado un poco. -Pasa adelante.

Esperó a que finalmente Bonnie decidiera entrar para luego adentrarse él y cerrar la puerta.

Su habitación en verdad era amplia, casi vacía. Contaba con una cama, un closet, un sofá, lo que parecía ser el baño y una mesita de noche, nada más.

−En verdad este sitio es grande. - Comentó un poco asombrado el conejo, el color de las paredes era del mismo tono que la cabellera del pirata.

−Pues sí querido tripulante, no suelo guardar tantas cosas hasta amontonarlas como Freddy− Bromeó un poco.

Bonnie rio levemente. - ¿Ahora soy un tripulante? -Le miró sonriente mientras se acomodaba en el sofá.

−Pues estás en mi habitación, podría decirse que sí. - Respondió algo desinteresado mientras se desabotonaba la camisa para dejarla en un cesto.

−Ya veo...− Se dedicó a observar el tonificado cuerpo que poseía el zorro, antes no se notaba tanto con la ropa que llevaba, así que comenzó a ponerse algo nervioso.

Foxy al parecer había notado sus nervios. − ¿Pasa algo? Estás algo ruborizado.

Bonnie inmediatamente se volteó para palparse las mejillas alarmado, aunque no las había notado calientes.

Corazón MecánicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora