Temprano por la mañana, Shiro salió de su casa, llevaba un bento en mano y una leve sonrisa en su rostro, había cortado su cabello, ahora, había tomado la decisión de dejar de teñir su cabello.
Madara y Hashirama le habían dicho que estarían desde temprano en la casa del primero así que había preparado la comida suficiente para los tres.
Cuando llegó a la casa de Madara, tocó la puerta, al no abrirle decidió entrar pues recordaba que el Uchiha a veces dormía hasta tarde por el trabajo que tenía, entró a la casa no sin antes dejar sus zapatos afuera, escucho el sonido de voces, como si estuvieran discutiendo.
Abrió la puerta y pudo ver a Madara hablando en voz alta con una chica de cabello negro quien estaba aferrada a el.
—¡Por favor, Madara!
—Escucha, no lo repetiré dos veces, te he dicho que esta semana no.
—Te lo ruego.
El azabache estaba de espaldas a Shiro, no la había visto, estaba concentrado en sacar a la chica.
—No.
La muchacha, pudo ver a Shiro, deducio rápidamente quien era por la expresión molesta en su rostro, se puso de puntas y beso a Madara este, se quedó en shock, no supo que hacer, reaccionó poco después y la alejo tomándola por los hombros.
—¡Vete! —ordenó pasando su manga por sobre sus labios.
La mujer sonrió discretamente y salió pasando a traer a la azabache más baja quien tenía los puños tensos.
—Sh-Shiro.
—Madara —volteó hacia él con una pequeña sonrisa, entró y dejó el bento sobre el escritorio —Llegué en un momento inadecuado —soltó una risilla —Lo siento.
—¿De qué hablas?
—Volveré en un rato ¿Si?
Madara alcanzó a tomarla de la muñeca, Shiro volteo y con fuerza, golpeó la mano del Uchiha liberándose.
—Volveré en un rato —repitió cambiando su tono de voz a uno seco.
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