S T O N E - 結石 || Uchiha Madara x Fem Reader!

21.5

Madara chocó con la pared por accidente, pero no se tomó el tiempo de verificar donde diablos estaba, se encontraba bastante ocupado desvistiendo a Shiro, ella cooperó para sacarse las dos únicas prendas superiores que llevaba.

No podían quedarse en el pasillo, así que, de alguna manera, se las arreglaron para llegar hasta la habitación de Namikaze, donde inmediatamente, entraron a la cama.

—Pantalones —balbuceo la mujer quitando de un tirón el cinturón ajeno.

Uchiha obedeció rápidamente y sin dejar de besarla, se sacó el pantalón para poder cernirse sobre ella, quien al ver su cara tan cerca y sentir la piel desnuda de Madara tocar la suya, se ruborizo aún más.

—Te odio, eres demasiado atractivo —mascullo mientras ponía una de sus manos en la nuca del azabache.

—Lo sé —respondió mientras bajaba la mirada solo para ver los pechos de Shiro, había trabajado demasiado duro para poder cumplir su sueño —¿Sabes lo feliz que me hace por fin conocerlas?

Shiro carcajeo mientras enredaba sus piernas en la cintura de Madara, alcanzo a ver el rojo teñir su iris, su sharingan estaba activo.

—¿Es tan buena la vista como para grabarla para siempre?

—Si, lo es — mascullo él azabache en respuesta.

—¿No quieres saludarlas correctamente?

—No hacía falta que si quiera lo mencionaras —respondió tomándolas sin titubeo alguno.

Shiro mordió su labio inferior cuando sintió la lengua de Madara acariciar su pezón, honestamente jamás se había puesto a pensar en lo bien que se sentiría aquello.

Él comenzó y terminó su trabajo adecuadamente, Shiro estaba avergonzada, pero cuando vio la cantidad de marcas que él dejó, casi lo regaña.

—Eres preciosa, Shiro, te amo.

Pero se arrepintió, en cambio le expresó sus sentimientos.

—También te amo, Madara —murmuró tomándolo por las mejillas.

El rostro ruborizado de Shiro, su cabello desordenado y las marcas en sus pechos, no hicieron más que provocar un claro cambio en el ambiente, Madara tensó su mandíbula.

—Shiro ¿Está segura de querer llegar al final?

—Lo estoy, te he dado libertad ¿No vas a usarla?

—Prometo no desperdiciarla —respondió antes de meter su mano entre las piernas de la chica sacándole un chillido de sorpresa.

—¡Ma-Madara!

Este no respondió, en cambio, continuo con su camino hasta tomar las bragas por el centro y sacarlas de un tirón, esa era la última prenda que le quedaba gracias a que aquel día se había puesto un vestido largo.

Uchiha no hizo pausa alguna para tomar las piernas de Shiro y alzarlas.

—¡Espera, ahí no! —pidió Shiro al darse cuenta de lo que él más alto intentaba.

—Déjame probarte un poco.

Si la lengua de Madara se sentía bien en sus pechos, se sentía mucho mejor en aquella zona tan sensible, su cuerpo comenzó a temblar sin su permiso.

¿Por qué no accedió antes?

Mejoró al doble cuando Madara se decidió a usar sus dedos en un vaivén lento y tortuoso.

Uno, dos, tres.

—Dame un se-segundo, se siente raro —pidió, se sentia casi como si tuviera que ir a hacer sus necesidades.