—Carajo, hace mucho frío —hablé sobando mis brazos para reducirlo.
—La boca, Ilana —me regañó desde el otro lado de la puerta del baño.
—Ya hasta te pareces a mi mamá.
—Me acuerdo más de lo que dijo tu madre durante tus años de vida que tú —salió del baño—. Además, puedo hacerte una actuación gratuita y verás que soy igualito a ella.
—¿Gratuita? —carcajeé dando palmadas.
—¿De qué te ríes? —cerró un poco sus ojos y me apuntó con una regla que cogió del escritorio— ¡Yo soy un magnífico actor! —se señaló con la misma—, y para tu información, puedo cobrar mis asombrosas actuaciones cuando se me dé la gana.
—Recuerda no invitarme a alguna de ellas porque no pensaré en pagarte.
En eso mi madre tocó la puerta y entró a la habitación.
—Chicos, siento mucho si interrumpo su charla vespertina pero debo llevarlos al refugio o se les hará tarde —miró hacia la ventana para darnos a entender que ya era la hora de irnos—. Y usen otra ropa o irán a la escuela con el uniforme lleno de barro, porque yo no se los pienso lavar.
—¡El refugio! —me levanté rápidamente de la cama y corrí hasta el baño— Me voy a cambiar, ya vuelvo —asomé la cabeza por la puerta—. Tú, cámbiate rápido.
—¿Se te olvidó que ya lo estoy? —preguntó acomodándose en la cama. Colocó sus manos debajo de su cabeza y bostezó.
—Muy graciosito, Minho, pero no todos tenemos tus poderes —salí hacia el armario, me senté en el suelo y me puse mis zapatos—. ¿Qué haces durmiendo? ¡Corre, corre! —me levanté y fui escaleras abajo, donde mi madre ya nos estaba esperando.
—¿Tienes las llaves y el boleto para el autobús? —cuestionó mirando las escaleras. Asentí —Bien... ¡Minho! ¿Dónde es...
—Aquí estoy —apareció de repente detrás de ella, causándole un susto.
—¡Carajo! —abrió los ojos abruptamente y cubrió su boca con sus manos dándose cuenta de lo que dijo—... ¡Lo siento!, ¡lo siento! Prométanme que no repetirán esas palabrotas que decimos los adultos —solté una carcajada y la miré incrédula—. Ya entendí, ya entendí, están grandes para que les diga eso —nos vio con cariño y esbozó una sonrisa—. Bien, ¡vámonos!
Los tres salimos de la casa para meternos al auto. Minho y yo estábamos en los asientos de atrás con el cinturón ya puesto. Mi mamá acomodó el espejo retrovisor y buscó la dirección del refugio en el GPS.
—¿Ya lo llamaste? —insistió.
—Ya es la tercera vez que te digo que no contesta las llamadas, Minho —rodé los ojos y caminé hacia la pequeña cabaña, que en realidad era un café, para sentarnos allí—. Además, no entiendo como nadie lo vio, si es uno de los encargados del lugar.
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MAGIC ノ LEE KNOW
Fanfiction¿Es algún hechicero? ¿Un mago, quizá? ¡No, es Minho tu padrino mágico! Capaz de cumplir tus deseos y hacer de tu vida más fácil... Aunque no en todos los casos. › lee know fanfic › fantasy + suspense + waff + au › no acepto copias, adaptaciones y/o...