Te voy a contar un secreto o quizás varios. Tengo poco tiempo para explicarlo…
No sé querer a medias. No creo en eso del te quiero, pero no puedo.
Soy de las que cuando sienten que todo se puede caer, sale de puntillas por la puerta antes de que se cierre y me rompa los pies.
Que tengo miedo a que me quieran de verdad, pues luego de algo bueno llega la caída y la soledad.
Que soy muy feliz en otra ciudad, pero si me toca quedarme un momento contigo en una habitación, no dudaría en mostrarte el deseo de lo carnal.
Que los sincericidios son lo mío y no que la verdad me queme detrás.
Que para mí el amor no es un sentimiento, sino, una elección en verdad.
Que en cada día hay un mundo nuevo por explorar.
Que solemos rompernos la cabeza pensando en el dirán y nos olvidamos de lo que importa en este lugar.
Que no somos más que un instante y pensamos que estaremos una eternidad.
Que posiblemente vuelva arriesgarme y me desnude sin despojarme de prendas.
Que quizás tengas miedo de este huracán, pero ven, siéntate y escúchame en silencio.
Que soy impredecible y soy de romper con todo si me asusta e irme sin despedirme.
Soy un poco de persona detrás de esta coraza en un intento de cobardía.
Que soy un mar de pensamiento en medio de un naufragio sin descenso.
Soy de lanzarme sin seguro y sin casco esperando que la última gota colme el vaso.
Soy una extraña mezcla entre dulzura, sexo y locura.
Soy un desastre meteorológico que camina sin saber cuál será su próxima víctima.
Soy más impulso que persona y soy más de pedir perdón que permiso.
Que siento como si fuera el último día de mi vida, como si no existieran los peros, como si después de la caída hubiera nubes en lugar de suelo.
Emely R. Guzmán
