No quiero a otro hurgando mi cuerpo.
No quiero a otro siendo tropiezo e imán de problemas.
No quiero a otro con un amor incompleto.
No quiero a otro que me brinde inseguridad.
No quiero a otro que no me tenga como prioridad.
No quiero a otro que finja ser valiente y a la primera se marche tal cual cobarde.
No quiero a otro… porque lo quiero a usted.
Lo quiero a usted porque me brinda la seguridad que por tanto tiempo busqué.
Lo quiero a usted porque no solo ha follado mi cuerpo, sino que ha desnudado mi alma y la ha hecho suya a su manera.
Lo quiero a usted porque sé que puedo tener tardes de cervezas, noches de fiestas, días de locura total, pero sé que también puedo tener noches de fantasías y perversiones, de besos en la frente y un sinfín de te amo.
Lo quiero a usted porque sé que es igual que yo; misterioso, de mente brillante, decidido, tierno y recatado, aunque muchas veces se te escapa lo caliente, lo perverso.
Lo quiero a usted por querer romper los límites del tiempo y no descansar ni un momento de dar vueltas en mi cabeza. Por quebrar la muralla que con tanto esfuerzo construí.
Porque sé que si saltas también lo haré.
Si corres, iré tras de ti.
Si caes, te ayudaré a levantar y si no puedes, pues me acuesto a tu lado y juntos contemplaremos el caos hasta que llegue el momento de levantarnos, sacudirnos el polvo y seguir peleando.
Lo quiero a usted… por ser simplemente usted.
Emely R. Guzmán
