¿Qué quieres?
¿Quieres que diga la verdad?
Qué el día que te conocí, mi corazón sobrepasó todos los parámetros de velocidad y estuvo a punto de declararse culpable.
Qué desde el momento en que me sonreíste, decidí que la mejor manera de morir sería en la curva de tu sonrisa.
Que guardas un universo en tu mirada y que sería capaz de volverme astronauta con tal de descubrir el misterio que ocultas.
Qué eres la razón por la que he roto mis propios estigmas y derrumbado las murallas de mi corazón.
Qué desprendes la calma que mi mente andaba buscando.
Que las casualidades me parecían coincidencias hasta que apareciste tú con ese deseo inevitable de comerte al mundo.
Que te busqué tanto entre la gente que terminé chocando con tu boca.
Que las conversaciones en la madrugada son mis favoritas, pues no hay vestidura de por medio al declarar nuestros miedos.
Que prefiero pasar un minuto contigo a una eternidad en arrepentimiento, pensando que hubiera pasado sí…
Que desde el momento en que acepté estar contigo, te di un arma llena de balas con la que podrías dispararme si así quisieras.
Que el “pero” no existe entre nosotros y que es solo una palabra inventada por un loco que no sabía lo que sentía.
Emely R. Guzmán
