Te quiero… - susurraste muy cerca de mí.
¿Me quieres? ¿Para qué? - Respondí.
Para pasearme por las noches en el valle de tus pechos y en el día ser quien descubra lo imperfecto.
Para perderme en las constelaciones de tu espalda y ser como marinero que se pierde en el mar de tu anhelo.
Para resolver el crucigrama que surge cuando se activan los miedos y besar cada uno de ellos haciéndolos menos eternos.
Para tocar cada poro de tu piel, desde la cabeza hasta los pies.
Para no prometerte la luna y las estrellas sí sé que no puedo alcanzarlas.
Para quedarme a tu lado sosteniendo tus defectos.
Para maravillarme del caos que causan tus labios o para volverme astronauta y aterrizar en el universo de tus ojos.
Para dejarnos llevar por el deseo y bailar sin ningún contratiempo.
Para hacer las maletas a tus brazos y pensar que si tirarme por ese acantilado es la mejor manera de decirte que te amo.
Para dejar pasar el tren de la vida y quedarme un minuto o 7 días.
Para echar alas y probar de tu boca antes que me pegue contra el suelo.
Para caminar por el trapecio que alzas con tus dudas y atravesarlo para que sepas que cuentas con mi ayuda.
Te diré para que te quiero como si fuera necesario contarte porqué respirar…
Emely R. Guzmán
