No sabía cómo, pero Draken pudo escuchar como su teléfono vibraba. Abrió los ojos perezosamente, bostezando tan pronto como su vista se acostumbró a la oscuridad.
Cierto, seguía en la tienda y esa noche no había salido al bar como siempre.
Malditos. Insistieron en que debía quedarse en la tienda porque no sabían a qué hora llegarían debido a la nieve y no se quedarían esperando afuera. Se había quedado dormido en el sofá, amargado por perder la oportunidad de mantener una conversación decente con la Omega.
Cuando iba a estirar sus brazos, se dio cuenta de la manta que lo cubría. Giró hacia un lado, percatándose del calentador que había dejado olvidado hace mucho tiempo. Ni siquiera en las noches más frías lo usaba.
¿Por qué estaba encendido? ¿Por qué estaba ahí? Siempre lo dejaba cerca de la entrada.
Obtuvo su respuesta cuando miró al frente, parpadeando lentamente, sorprendido al observar a Emma ahí, dormida. ¿En qué momento había llegado? ¿Cómo descubrió dónde vivía? ¿Quién le abrió la puerta? Takemichi se había ido antes de que se durmiera, de eso estaba seguro. ¿Se habrían encontrado en el camino o algo?
Le comenzó a doler la cabeza por pensar demasiado en tan poco tiempo después de despertar. Se quejó en voz baja, incorporándose y dejando la manta hacia un costado. Aún estaba algo aturdido por la sorpresa.
Estiró sus brazos por sobre su cabeza, intentando no hacer ruido. Tomó la manta y fue hasta donde Emma, cubriendo el cuerpo de la chica con ella. No quería que pasara frío.
Tuvo la idea de cargarla hasta su cama y dejarla ahí, pero no debería hacer eso. Se supone que aún no tienen esa confianza, ¿cierto? No sería lo correcto acercarse demasiado, podría incomodarla.
Su teléfono volvió a vibrar y Draken recordó que lo dejó en su habitación. Dando una última mirada a la rubia, subió las escaleras, buscando el aparato que fue el responsable de despertarlo.
Genial, mensajes de Takemichi y el proveedor.
Primero abrió el chat con Takemichi.
Me encontré con Emma-chan de salida. La dejé entrar porque estaba buscándote, espero no te moleste. Después de todo, Mikey dijo que te gustaba, por lo que no vi nada malo.
La nieve es más espesa hoy, por cierto. Déjala que se queda hasta la mañana, por lo menos.
Le agradecería algún día a Takemichi. Si es que lo recordaba, claro. Mandó un emotivo "Ok" al Beta, quien se quejó de su inexpresividad por mensaje.
Después abrió el chat con el proveedor.
Llegaremos en un par de horas más, hay demasiada nieve y los autos no pueden avanzar mucho. Quizás hasta la mañana. Lamentamos hacerle esperar hoy, porque lo planeado era que lleguemos esta noche.
La rebaja del gasto será del 30% según nuestro jefe. No se preocupe.
Imbécil.
No contestó nada. A ellos les bastaría con saber que leyó el mensaje.
Tenía una pequeña cocina para hacer el desayuno. Todavía no eran las siete de la mañana, según el reloj de su teléfono, pero podría intentar hacer algo. Normalmente, no desayunaba, le traía malos recuerdos.
Bueno, recuerdos en general, con alguien que ya no estaba.
Sin embargo, Emma estaba aquí, lo que podría ser una nueva oportunidad para reemplazar las viejas memorias por nuevas. Buscó en internet alguna receta sencilla de hacer, porque Emma siempre lo hacía. Tal vez encontraba alguna idea interesante.
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Endless [Omegaverse | DrakEmma]
FanfictionEmma solo tenía curiosidad por el chico que siempre se sentaba en el mismo lugar cada vez que llegaba, pero sus hermanos nunca permitieron que se acercara. Nunca antes hablaron, ¿cierto? Entonces, ¿por qué se le hace tan familiar?