CAPITULO 4

1.2K 196 8
                                    

Mas allá de aquel evento la noche transcurrió con total normalidad, hasta las 2 de la mañana que es la hora en la que el bar cierra sus puertas.

Gulf tiene esa rutina a diario, la universidad en el día y el trabajo en la noche, agregando el hecho de que es parte del Comité de Estudiantes y participaba obligatoriamente en los eventos que se realizan, también tiene prácticas de fútbol en la tarde y como es de esperarse es el capitán del equipo de su Facultad.

Indiscriminadamente su día a día esta copado de responsabilidades, a Win y a Brigth les preocupa que en cualquier momento colapse, pero hasta en eso es capaz de impresionar, ya que es como un robot, el cual nunca muestra señales de estar exhausto y mucho menos se enferma.

Sus mejores amigos están de acuerdo en que Gulf debería aflojar su horario de vez en cuando y simplemente quedarse en su cuarto a dormir todo el día por el bien de su salud.

Un par de veces lograron que lo hiciera, pero Gulf es tan terco que prefería tener su mente ocupada a pesar de que estaba en casa, siempre tiene el decir de que es mejor mantenerse activo para evitar pensar de más.

Una brisa fría golpeó el rostro de Gulf una vez que salió del bar en altas horas de la madrugada, mientras caminaba buscando un taxi.

Ya que era una calle ya conocida el joven  no sentía ningún temor, los mismos edificios lo rodeaban a lo largo del camino, el mismo tráfico, la misma afluencia de personas la cual era escasa, nada era fuera de lo normal.

Sin embargo, esa noche parecía tener un aire inusual, mientras más caminaba mas notaba que sus pasos eran perseguidos, al principio no prestó mayor atención, cualquiera podría caminar a esa hora en la misma calle ya que era un sitio lleno de centros nocturnos o centros de conveniencia que tenían sus puertas abiertas las 24 horas del día, pero al darse cuenta de que giraron en la misma dirección que él, una y otra vez, no era descabellado creer que lo estaban persiguiendo.

Apresuró el paso tratando de llegar a la intersección, pero mientras más rápido caminaba, el eco de aquellos pasos también se hacían más fuertes.

Cuando faltaban pocos metros intentó cruzar la calle corriendo, pero una mano lo alcanzó antes de que lograra hacerlo y cubrió sus labios para evitar que pidiera ayuda, las luces ante sus ojos fueron cubiertas por la pared trasera de un edificio.

Mientras era conducido al callejón un olor fuerte a cigarrillo y alcohol pico su nariz, levantó su brazo tratando de defenderse, pero al mismo tiempo otra mano lo sujetó, con esto se hizo obvio que no se trataba de una sola persona.

Una vez que se adentraron a aquel solitario y maloliente callejón, lo lanzaron violentamente contra la fría pared de concreto.

_¡vamos a ver que tan valiente eres ahora!_

 Gulf es lo suficientemente perceptivo como para darse cuenta de que esa voz ya la había escuchado horas antes.

Se recompuso blanqueando los ojos y volteó hacia ellos con una expresión desinteresada.

_ ¿vas a seguir siendo arrogante?_ bufó el más bajo de ellos _ ¿no te das cuenta de tu situación? ... debes ser un pobre demente _ un gordo con la camisa sucia que quería actuar como un matón, pero que realmente era una broma ante los ojos de Gulf.

Era el mismo grupo problemático del bar, cuatro en total y a juzgar por su forma de pararse y hablar estaban mucho más borrachos que antes, lo tenían aparentemente rodeado.

El rubio que quería actuar como el líder se acercó a él y deslizó su mano por su mejilla, dejándole una sensación desagradable en la piel.

Casi parecía gracioso lo que le estaba pasando, ¿cómo es que tenía ese tipo de suerte?, acaso había un letrero en su frente que atraía la mala suerte.

WAY BACK HOMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora