CAPITULO 40

913 142 3
                                    

11:00 a.m, Gulf bajó del auto mirando con detenimiento al edificio de 6 pisos frente a él, suspiro antes de comenzar a caminar, llegar a ese lugar fue bastante fácil ya que tenía un leve recuerdo de cuando estuvo ahí tiempo atrás, no pensó que regresaría, pero dadas las circunstancias no tuvo otra elección que hacerlo.

Al mirar el cielo pensó que era una lástima que en un día tan brillante no haya podido quedarse más tiempo junto a Mew.

Pero qué podía hacer, Mew tenía asuntos importantes que atender y a regañadientes por tantas llamadas de su editor tuvo que levantarse de la cama e irse.

No sin antes dejarle plantada una pregunta muy importante, la cual debe responder en la noche cuando vuelvan a verse.

Gulf ya tiene la respuesta, pero antes de continuar con la dulce vida que desea, debe resolver primero asuntos pendientes.

A pasos firmes subió al ascensor y marcó al cuarto piso, con la mirada fija en los números que seguían avanzando.

Una sola vez, tres meses después de ingresar a trabajar en RELIEF, Gulf ,Ohm y Nannon terminaron en el departamento de Lee, habían bebido después de cerrar el bar por el cumpleaños de Ohm, fue una noche extraña, empezó como un juego entre ellos y de algún modo terminaron muy borrachos en la casa de su jefe.

Gulf despertó aquella vez en la sala del departamento, se había quedado dormido sobre el sofá más grande, mientras Ohm y Nannon durmieron en la alfombra, Lee estaba apoyado en el sofá junto a él.

Gulf no solía ser así de descuidado, sabía que no era bueno para beber y no entendía cómo se había dejado llevar aquella vez, pero fue la única vez que lo hiso, después de eso, a pesar de que recibió muchas invitaciones no volvió a beber con ellos y mantuvo una distancia prudente.

Quizá desde ese momento las cosas fueron por un camino diferente. Era una lástima que no se haya dado cuenta antes.

Se bajó junto a una pareja que caminaban muy animados de la mano, no prestó mayor detalle en ellos porque sus ojos estaban ocupados buscando el departamento 12D.

Sin analizar su entorno, timbró varias veces sin obtener respuesta.

Su postura seguía siendo recta y firme, no estaba dispuesto a irse sin primero hablar, así que esperó pacientemente metiendo una de sus manos en la chaqueta, escondiendo la mano vendada.

El sonido de pasos acercándose al otro lado de la puerta, tensó su cuerpo.

Los ojos del hombre frente a él se abrieron por la sorpresa en cuanto abrió la puerta y se percató de su presencia.

-Tú?

-Hablemos...

Lee despertó con un fuerte dolor de cabeza, su boca sabia amarga y su cuerpo dolía como el infierno, las punzadas parecían atacarlo por todos lados, seguía con la misma ropa de la noche anterior y su rostro estaba espantosamente pálido.

No sabía cómo llegó a casa, no tenía idea de que hiso una vez que Gulf y Mew se fueron, solo recuerda haber bebido hasta la inconsciencia.

Aun no tuvo tiempo de procesar lo que hiso y ya Gulf estaba frente a sus ojos.

Bajó la mirada al piso, la verdad es que no sabía cómo actuar, ¿qué se suponía que debía decir?, ¿culpar al alcohol?...sería cobarde de su parte.

Lee se movió dando espacio para que Gulf entrara en su departamento, el olor de su perfume lo golpeó como una suave ráfaga, su perfil fresco e inmutable quedó grabado en su retina mientras cruzaba frente a él.

Gulf entró sin hacer ningún tipo de expresión, era difícil adivinar lo que estaba pensando y eso puso más nervioso a Lee, prefería un golpe en la cara, un reclamo, una maldición, lo que fuera para calmar su ansiedad.

-¿cómo esta tu mano?

Preguntó mientras Gulf se sentaba en uno de los sofás a espaldas del minibar.

-No es gran cosa...

Otro silencio se instaló entre ellos volviendo el ambiente más pesado de lo habitual, Lee miró a Gulf notando una clara marca en su cuello que hiso que la amargura en su pecho empeorara.

Pero ¿qué derecho tenía para decir algo?

-lo siento – dijo bajando la mirada, -lo que hice, no tengo justificación – movió sus manos frotándolas entre sí, las magulladuras ya habían cambiado de color y sus nudillos estaban hinchados, pero en ese momento no sentía dolor, -quisiera decir que fue por el alcohol, pero mentiría-

Sus sentimientos no eran una mentira, no iba a justificar sus actos por la borrachera.

-Lee lamento que haya terminado de esta forma, ante todo te aprecio y agradezco el que me hayas dado la oportunidad de trabajar a tu lado por tanto tiempo, gracias a eso mi situación mejoró mucho, mi gratitud sincera hacia ti siempre va estar intacta....pero está es la última vez que nos vemos como jefe y empleado, vengo a presentarte mi renuncia..

Lee sabía que ese momento era cuestión de tiempo, pero el que sus acciones lo hayan acelerado causaba un gran dolor en su pecho, su mente todavía quería negarse, -Gulf yo... no tienes que hacerlo, me mantendré a distancia... yo...

-No, Lee no es solo por eso...la persona más importante en mi vida pasó un mal momento a causa de esto, para mí, Mew no es alguien que esté de paso, él es la persona con la que quiero envejecer, quiero estar a su lado y hacerlo feliz, tanto como él lo hace conmigo, no quiero causarle ninguna incomodidad, ni que existan malos entendidos...¿me entiendes?, gracias por todo y deseo que encuentres a alguien que te pueda hacer feliz tal y como te lo mereces.... No estoy seguro si nos volveremos encontrar, pero espero que siempre puedas estar bien...

Gulf se levantó tranquilamente y salió del silencioso departamento dejando atrás una carta de renuncia y un corazón dolido por el rechazo, Lee se quedó en el mismo sitio, escuchando como la puerta volvió a cerrarse.

Al final, nunca hubo una oportunidad con Gulf.

Adiós...

Gulf regresó al departamento de Mew, se acostó en el sofá de la sala sintiendo mucha tranquilidad por estar en el sitio donde se sentía seguro, todo el lugar tenía el olor de su novio.

Se quedó dormido con una sonrisa en los labios.

Estaba tan cansado, prácticamente no había dormido nada.

La tarde llegó de manera inminente, parecía que solo fue un parpadeo, pero ya eran las seis de la tarde, Gulf fue despertado por un suave beso y el olor inconfundible de Mew.

-¿saliste?...-preguntó en un tono suave, mientras Gulf se reincorporaba frotando su cabello con sus ojos algo hinchados por haber dormido.

-si ...tenía algo que hacer- contestó dándole un suave beso en la mejilla.

Mew estaba arrodillado frente a él, sosteniendo un ramo de rosas, era una hermosa imagen que tenía el placer de apreciar apenas despertaba, como en las películas de romance, Mew era sin duda el galán que la protagonizaba.

Mew estiró su mano entregándole el ramo.

-¿para mi?- dijo Gulf jugueteando.

-si son para ti- contestó Mew sin poder dejar de sonreír.

El mal sabor de la noche anterior quedó en el olvido, estando el uno frente al otro, no había tristeza ni dolor, todo lo que quedaba era la firme promesa de ser felices.

-acepto- dijo Gulf tomando el ramo, -acepto las rosas y acepto vivir contigo...Mew-

El sentimiento de felicidad que Mew sintió en ese momento no se podía describir en palabras, fue como una explosión de emociones, levantó a Gulf en sus brazos y dio vueltas con él por todos lados, repitiendo gracias mientras reían a todo pulmón.

Gulf se aferró a sus hombros cerrando los ojos, -Mew está bien, me estoy mareando- dijo sintiendo como otra vez sus pies tocaban el piso.

-gracias Gulf, prometo que te haré feliz por el resto de nuestras vidas, te amo....te amo- dijo abrazándolo.

-gracias a ti, por regresar a mi vida...Mew

El beso entre ellos expresaba un solo sentimiento, el amor, una sola promesa, ser felices, un solo futuro, estar juntos.

Mew y Gulf siempre estarían juntos.

WAY BACK HOMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora