Capitulo cinco.

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¿Era una buena idea contestar con la verdad? ¿Con la más pura verdad de lo que sucedió aquella noche?

Habían muchas situaciones en donde cada una, tenía un final distinto, como por ejemplo, Frank Morrison golpearía a Danny Johnson hasta la muerte o que su novia lo hiciera por él. Por otro lado, tal vez se lo tomaría bien o acordarían en dejar de relacionarse entre ellos.

—Danny —Nuevamente, esa voz masculina lo sacó de sus pensamientos, devolviéndole a ese preciso instante en donde estaba a la merced de Frank— ¿Vas a contarlo o prefieres qué yo lo haga por ti?

—Nosotros… —Habló temeroso, pensó durante unos segundos, tragó duro y finalmente, decidió largar lo que tenía para decir— follamos. Recuerdo ciertas cosas, la mayoría difusas, pero estoy seguro que de mi parte, lo hicimos toda la noche —Sonrió, con el afán de mostrar seguridad y que la situación no le había afectado tanto— ¿Quieres ver todo mi cuerpo para enterarte de lo qué hiciste? Ten agallas para hacerlo.

Aunque pareciese que no, Frank no esperaba tal respuesta, por lo cual, se sintió confundido, una infinidad de sensaciones en su estómago, todas excepto el hecho de sentirse amenazado.

No lo sentía así.

Más bien, le gustaba la idea de ser provocado.

—No me molestaría hacerlo —Articuló, totalmente serio, a lo cual, Danny frunció el ceño, sabiendo que su jugada le había salido mal y que no iba a escapar de ella.

De repente, deslizó sus manos en dirección a las piernas de Danny, en donde las acarició, haciendo círculo con las yemas de sus dedos y luego, se adentró más, con el objetivo de acercarse a la entrepierna del ojiazul, solo a unos pocos centímetros de esta, apretó y por consecuencia, Danny se sobresaltó.

—¿Qué mierda crees qué haces? —Danny alzó la voz, denotando su profunda molestia.

—Lo qué tú dijiste que hiciera —Touché.

—Solo lo cuestioné, no pedí que tú lo hicie- —El asesino no logró decir lo que deseaba aclarar, ya que sus labios fueron presionados por los de Frank.

Al principio, Danny trató de apartarse, pero la mano de Frank se posó en su nuca, ejerciendo presión entre ambos labios, al punto en donde, al pasar los segundos, el mayor se fue relajando, dejándose llevar por la situación.

Ladeó la cabeza y entreabrió los labios, el ojiazul, alzó sus brazos y con ellos, rodeó el cuello de Frank, aferrándose más a este, fundiéndose en su calidez. 

La lengua de Frank acarició sus labios, y Danny, en respuesta, levemente sacó la suya y ambos órganos se rozaron entre sí, comenzando de alguna manera, el intensificar sus pasiones en besos húmedos.

Al sentir la falta del oxígeno, Morrison se apartó, mostrando sus blancos dientes en señal de que estaba sonriendo.

—¿Y ahora? ¿Puedo verte o…? —Inquirió— ¿No vas a dejarme qué te toque?

—Frank, ¿A ti te parece qué esto esté bien? —Preguntó preocupado, mirando detenidamente al susodicho, gritando con el miedo en sus ojos de que cualquier acción que fuera cometida en ese preciso momento, esta tendría sus respectivas consecuencias.

—No puedo arrepentirme de esto —Se encogió de hombros— Quiero saberlo todo. Y si tengo que arriesgar una relación, mi reputación o lo que sea, estoy dispuesto a hacerlo.

—Eres un cabeza dura, ahora mismo podría estar asesinandote por evadir mi espacio —Mencionó frío— No puedo decirte las cosas si no obtengo algo a cambio.

Licor → Frank Morrison x Danny Johnson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora