11- niñera

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Su fría y temblorosa mano termino en mi mejilla con pena, me pareció un gesto tierno.

Es la primera vez que alguien me besa así, tan lindo, con tantos sentimientos de por medio.

Debería sentirme mal por jugar de esta manera contigo, ¿no es así?

POV Eva

¿Esto está pasando? ¿encerio la estoy besando?

Intenté evitar toda pregunta de mi cabeza para no arruinarlo, cada segundo de ese momento estaba siendo grabado en mi memoria.

Senti un calor invadir mi cuerpo cuando sus labios se alejaron lentamente de los míos, sentía que mi corazón saldría de mi pecho si me atrevía a hablar.

Abrí mis ojos y ella me veía fascinada, mi psicóloga tenía la respiración agitada y un ligero rubor que se notaba en sus mejillas.

Fue cuando sentí mi cara caliente, al darme cuenta de lo que pasó, ella me beso, de verdad me beso.

Escuché una risa salir de sus labios y su mano que estaba en mi brazo subió a mi mejilla.

Hizo círculos con su pulgar, había un silencio, un silencio que comía tiempo, ella observandome y yo disfrutando de sus ojos sobre mi.

Me está haciendo algo, me hace sentir algo, las cosquillas en el vientre volvieron cuando veo sus ojos.

Debería tener miedo por lo que me estas haciendo sentir.

Sentí la falta de calor en mi mejilla y abrí mis ojos, ¿en qué momento los cerré?, me observo, se sentó en el escritorio, sonrió y dejo un beso en mi mejilla.

Yo sin poder decir nada, con la mirada perdida me recargue en mi silla.

La mire y sentí mi cuerpo flaquear.

Me guiño un ojo y se sentó en su silla, ruborizada mire a la ventana.

—Respira, y ten la confianza de poder contarme un poco más de ti en la siguiente consulta.—habló, mire a el reloj y ya había acabado nuestra hora, le sonreí y con la cara roja salí de ahí.— ten lindo día.

Todavía no puedo creerlo, ella me beso..


—Ev... prométeme que nunca me dejaras..— la chica le agarro la cara, la retuvo entre sus manos y acaricio la mejilla de la menor.

—Yo nunca...

La menor agarró su mano y le sonrió.


Mientras miraban el cielo la mayor hablo:

—Tengo que irme..— la rubia la miró aterrorizada, ¿Que dices? Preguntó y la pelirroja asintió para después hablar— no puedo quedarme, seguiré estudiando en Chicago y no podemos estar juntas.. tu padre nunca nos dejaría.

—Mi padre no importa, vámonos juntas, quiero estar contigo.

La pelirroja negó.— no solo es tu padre.. necesito un tiempo, aclarar todo, eres menor de edad y puedo ir a la cárcel, no podemos seguir juntas.

Las dos comenzaron a soltar lágrimas.

—Prometimos muchas cosas, no puedes dejarlas, no puedes dejarme así como así.

La droga de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora