Una señora rubia me veía fijamente, mi ritmo cardíaco no se tranquilizaba, y mis manos comenzaron a sudar, sabía que era mala idea jugar con niños, muy mal idea.
—¿Tú quien eres?— la rubia me habló, voltee a ver a las otras personas tras ella pero lo impidió cuando agarro mi cara con fuerza para que la mirara.
—Ella es Eva— le respondió Dereck, la señora me volvió a ver a los ojos después de correr su vista al niño.
—Y..yo— carraspee mi garganta y pase saliva.— yo.. lo siento..
Miré el suelo tratando de hacer que la Tierra me trague de una vez, con la sensación de haber echo algo malo, escuché una risa pero no pude levantar ma mirada.
—Vamos Karla, ella no parece ser mala chica.— una mujer pelinegra detrás de las demás salió a defenderme, la mire y me sonrió, le sonreí de vuelta.
—Sí, vamos rubia.— la apoyo una mujer castaña y la rubia las observó por un largo tiempo, la señora se burló, la rubia bufó y por fin me soltó de su agarre, liberando mi mandíbula.
—Chicas.— una mujer morena tomo la palabra. Hasta aquí llegué, ¿iré a la cárcel?— ¿cuántos años tienes?
La mire y después al resto de las mujeres, los niños se habían separado de mi y me habían dejado botada frente a las señoras.
—19..— hablé en voz baja, la pelinegra de ojos claros me ofreció su mano para levantarme.
—Tienes suficiente edad para trabajar.. ¿Haz estado en la carcel?— preguntó y negue, sonrio.—¿Te gustaría ser el canguro de mis niñas?
¿Canguro? No me se cuidar yo misma y ¿quieren que cuide a unos niños?
—¿Piensas dejarlas con ella? Estaba fumando, FUMANDO— la rubia pareció exaltarse cuando escucho la petición de su amiga.
—Pero nunca lo haría frente a los niños, cierto— la contradijo y me miró directo a los ojos con una mirada gélida, trague y negué, ella le sonrió a la rubia y habló— además, se parece mucho al señor Rusty, ¿no crees?
La mirada de todas se puso en mi y me examinaban detenidamente, tenía miedo y comenzé a temblar.
—yo.. yo no lo— trate de hablar pero otra voz me interrumpió.
—Pero aceptaras cuidar a mis bebés, ¿verdad?— afirmó y no pude responder.
—Yo tengo toda la semana ocupada y apenas pude hacer espacio en mi agenda para sacar a Santi al parque.— la rubia volvió a tomar la conversación.— si cuidas a sus niñas, ¿por qué no cuidarías a Santi?
Me miró fijamente, al parecer cambió muy rápido de opinión. Los nervios me traicionaron y no me dejaron hablar
Apenas iba a pronunciar palabra cuando otra voz interrumpió su platica, agradable platica. Todas las mujeres voltearon al par mío.
—¡Eva cariño!— era Omar que se dirija a nosotras, desde lejos lo vi confundido, tal vez al verme con las mujeres.
—¡Oh! Señor Rusty— la mujer castaña que le reclamo a la rubia por lo bajo saludo a Omar. La rubia la miro con el ceño fruncido y rodó los ojos.
—Hola, como están— mi padre las saludo.
Mi padre: Omar Adamo Rusty.
—¿Qué hacían?— preguntó a las mujeres.
—Solo quería conseguir a alguien que cuide a mi niño— dijo la rubia y las otras chicas suspiraron.
—No sabía que cuidabas niños, Eva— mi padre me miró, las otras mujeres hicieron lo mismo y yo solo tenía ganas de escapar de ese lugar.
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La droga de tus ojos
Storie d'amore¿Qué tan loco puede llegar a ser el amor? Fue cuando me di cuenta que daría todo por ti, pues apesar de no ser la mejor persona me das algo que creia haber perdido, esperanza, puedo ser mejor y tengo que darte el crédito, me das la oportunidad de v...