Especial: Hormonas Locas

960 90 4
                                    


Especial:

Hormonas Locas

Naruto estaba durmiendo tranquilamente la siesta cuando sintió el tirón en sus piernas. Cómo siempre, la bruma del sueño no lo soltó enseguida, estaba medio dormido cuando levantó levemente la cabeza para ver hacia sus pies, algo seguía tironeando de su chandal. Parpadeó, lentamente cuando vió a Hinata peleando con su pantalón.

-Nena..-, murmuró con la voz ronca por el sueño.

Hinata levantó la mirada y él tragó saliva, sus ojos perlas oscuros de pasión y sabía lo que se venía cuando ella sonrió.

La náuseas seguían viniendo y llendo, pero eran menores. Ahora había otra cosa en la que Hinata había cambiado con el embarazo.

Ella se lanzó a él y lo beso casi con desesperación, y Naruto contestó, el sueño volando muy lejos. Las manos de Hinata pelearon con el elástico de su chandal y él se quejó en su boca cuando su mano se cerró en su polla que rápidamente comenzaba a llenarse de sangre. Las manos de él se sumergieron por abajo de su vestido, acariciando sus piernas hasta que llegó a sus nalgas, apretando las carnes y dándole una palmada cuando ella apretó un poco brusca sus pelotas.

Naruto levantó las caderas cuando ella separó sus bocas, ambos jadeando con fuerza. Él la observó mientras ella se sacaba rápidamente la braga y se subía a horcajadas sobre su cadera. Su vestido tapó todo de sus caderas, pero Hinata se movió sensualmente por su polla dura, manchándolo sus jugos desbordantes. Naruto gimió cuando ella acomodó su miembro en la entrada y comenzó a bajar lentamente.

-Nena-, gimoteo tirando la cabeza hacia atrás mientras sentía su coño caliente, húmedo y apretado bajando por su eje duro como hierro.

-Si, Naruto-, susurró ella casi sin aire cuando él estuvo completamente dentro de ella.

Naruto apretó las manos en las sábanas cuando Hinata comenzó a moverse sobre él, arriba y abajo con lentitud. Él la observaba con fascinación mientras ella gemía cada vez más fuerte.

Su dulce vestido lila era suelto, o lo había sido, ya que sus pechos estaban hinchados y él podía ver sus pezones duros marcados en la tela. Su cabello negro, con hermosos tintes azules estaban desordenados y sus mejillas cada vez más rojas.

Las manos de él la tomaron de la cintura mientras apoyaba los pies en la cama y comenzaba a apurar el paso y profundidad de las embestidas.

-¡Si!- gritó Hinata mientras apretaba sus uñas en su remera.

Naruto gruñó por el esfuerzo, levantado sus caderas y golpeando con la fuerza suficiente para que los pechos de Hinata temblaron bajo su vestido. A él le habría gustado tenerla desnuda, pero Hinata no podía esperar. Ella tiró la cabeza hacia atrás mientras gritaba que estaba próxima al orgasmo, "diablos, yo también" pensó, ya que no podía hablar.

Naruto estaba en una clase de vacaciones, ya que había suspendido unos trabajos para estar en casa con Hinata, por lo menos esa semana. Al segundo día, Hinata lo había despertado montando su polla dura con una erección matutina, a él lo había sorprendido, pero disfrutado. Luego cuando se había bañado, y se estaba secando ella había entrado en el baño y casi le había rogado de que quería hacerle una mamada. Hinata no le había hecho mucho sexo oral y aunque lo había tomado por sorpresa, él había aceptado gustoso. A la noche Hinata lo había besado tanto que se había vuelto a poner duro y la había follado un vez más.

Y así, habían pasado cuatro días.

Hinata había salido a comer con Ino y Tenten y Naruto había aprovechado para dormir una siesta, ya que estaba agotado.

Inmensamente feliz... Y agotado.

Pero Hinata había vuelto ansiosa por otra ronda y él era su más devoto esclavo.

Una de sus manos se metieron bajo su vestido y acarició con dedos húmedos su clítoris. Él hizo una mueca cuando sintió que su coño se apretaba. Hinata ya estaba gritando y el gimió fuerte al ver que sus pezones se ponían mucho más duros, los dedos de su mano libre fueron allí para apretarlos, y el material de su vestido se mojó un poco con líquido que salía de sus cuencas.

Hinata tiró la cabeza hacia atrás y gritó su clímax mientras él se dejaba ir con ella y los apretones que le estaba dando a su polla. Su cuerpo tembló entero y sintió que perdía toda fuerza, algo que pareció sufrir también Hinata porque cayó sobre él con fuertes jadeos. La mano que había estado en su clítoris, fue a su muslo para acariciar la suave piel y la otra a su cabello. Una sonrisa tonta se marcaba en su rostro mientras intentaba recuperar la respiración.

-P-perdón.

Naruto frunció el ceño cuando Hinata susurró la palabra.

-¿Por qué nena?- preguntó mientras movía su cabello y hacía que mirará su rostro.

Ella tenía las mejillas encendidas y sus ojos perlas estaban llenos de culpa. Hinata se mordió el labio y clavó su mirada en su barbilla para murmurar:

-No p-puedo controlarlo. Si-simplemente te veo...- ella se volvió a morder el labio y se movió un poco sobre él.

Naruto gimoteo al sentir un apretón en su polla sensible y algo flácida, ya que se había corrido con fuerza y aunque él estaba en su mejor momento, no era una máquina sexual. Él entendió lo que quería decirle y sonrió cuando Hinata quiso moverse de nuevo. Naruto la empujó para que estuviera ella de espaldas en la cama y se cernío sobre ella, su mano llendo a su clítoris y acariciando con lentos movimientos circulares.

-¿Le preguntaste a la obstetra?- le susurró ya que Hinata tenía el número de Tsunade.

Hinata asintió mientras genia su nombre y pegaba más su coño contra su mano. Ella buscó con su mano su polla y comenzó a acariciarla lentamente, haciendo que la sangre fuera de nuevo hacía allí.

-E-es..- gimió-. Hormonas-, murmuró sin aire-. Hormonas locas...

-Mmm- murmuró él mientras besaba su cuello y bajaba para morder sus pezones mojados por sobre la ropa.

Naruto sintió como las uñas de Hinata se clavaban en su espalda mientras ella se retorcía bajo él.

Naruto no tenía problemas con este raro comportamiento de Hinata, no tenía ninguna queja. Podía quedarse seco antes de que naciera el bebé, pero seguramente lo disfrutaría, pensó.

-Benditas hormonas locas-, jadeó en su oído mientras volvía a sumergirse en Hinata lentamente.

Fin Especial: Hormonas Locas.

Derecho a ser FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora