𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒚𝒂 𝒏𝒐 𝒔𝒆𝒑𝒂𝒔 𝒅ó𝒏𝒅𝒆 𝒊𝒓
𝑺𝒐𝒍𝒐 𝒗𝒆𝒕𝒆 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒅é 𝒎á𝒔 𝒎𝒊𝒆𝒅𝒐
𝑳𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒓
𝑺𝒐𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒄𝒂𝒃𝒂𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊á𝒏𝒅𝒐𝒕𝒆 𝒍𝒖𝒆𝒈𝒐
𝑻𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒆𝒕í 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒊
𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒛 𝒚𝒐 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒐
𝒀 𝒔𝒊 𝒗𝒂𝒔 𝒂 𝒔𝒆𝒓 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒔𝒊𝒏 𝒎í
𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒔𝒆𝒂𝒔 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒉𝒊𝒄𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏
𝒀 𝒚𝒂 𝒑𝒂𝒔ó 𝒖𝒏 𝒅í𝒂 𝒚 𝒏𝒐 𝒕𝒆 𝒗𝒆𝒐
𝒀𝒂 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒅𝒐𝒔 𝒚 𝒕𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒓𝒅𝒐
𝑺𝒊 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒑á𝒈𝒊𝒏𝒂, 𝒚𝒂 𝒏𝒐 𝒕𝒆 𝒍𝒆𝒐
𝑻𝒆 𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒆𝒏𝒐𝒔
𝑨𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒚𝒐 𝒇𝒖𝒊 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒕𝒆 𝒆𝒄𝒉é
𝑨 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒏𝒐 𝒔é 𝒒𝒖é 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐
𝑪ó𝒎𝒐 𝒕𝒆 𝒗𝒐𝒚 𝒂 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒆𝒓
𝑷𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒖𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒐
𝒀𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓é
𝑳𝒐 𝒎𝒂𝒍𝒐 𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒕ú 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒖𝒆𝒈𝒐
𝒀 𝒚𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒈𝒐 𝒎𝒊𝒆𝒅𝒐 𝒂 𝒂𝒓𝒅𝒆𝒓.𝑩𝒆𝒓𝒆𝒕.
Nunca antes me había sentido atada a alguien con tanta necesidad. Y no sabía si esto me volvía una novia tóxica o no, pero echaba de menos a Gael como no hubiese esperado. Las mañanas sin sus buenos días no eran las mismas, echaba de menos sentarnos juntos a beber el café casi en silencio mientras disfrutábamos de el amanecer, de lo simple. Regresar del trabajo y saber que no estaría esperándome en casa, o que no llegaría poco después para hacer algún plan juntos también se volvía tedioso.
Siempre fui de esas personas que creen que la necesidad desmedida era mala. Pero ahora no lo veía así, por el contrario, entendía que Gael formaba parte de mi día a día y que era más que lógico que le extrañara cuando llevábamos casi una semana sin vernos. Sabía por lo que me había comentado la noche anterior que hoy era su último juego, de hecho, en un par de horas ya lo estarían llevando a cabo, así que intenté agarrarme de eso para contar los pocos días que quedaban para verle.
De todos modos algo agradable o diferente tenía eso de no vernos por tantos días. La sola idea de encontrarme con él cuando volviera hacía que mi corazón se acelere por los nervios.Durante aquella semana me había dedicado profundamente al trabajo, tanto en la biblioteca como en casa, estaba dando inicio a una nueva historia y eso me tenía entusiasmada, así que a diferencia de otras veces, en pocos días había avanzado más que de costumbre.
Julia tenía por fin algunos días de descanso, luego del lío por las festividades le habían permitido tomarse dos semanas. Pero claro, ni bien concederle aquello se las había tomado lejos de Madrid junto a Mateo que también había arreglado en su trabajo. Me ponía feliz por ambos, pero la soledad de esos días se hacía sentir. Aunque los primeros fueron buenos ya que estar con uno mismo es necesario cada cierto tiempo, ya con el pasar de los días fue haciéndose más cuesta arriba.Luego de haber limpiado sobre limpio todo el apartamento decidí que era buen momento para tomar una siesta. Los días en la biblioteca estaban siendo agotadores y al parecer las noches no estaban siendo muy apetecibles para dormir. Saberme sola en un lugar tan grande me generaba bastante inquietud, así que últimamente conciliar el sueño se volvía difícil.
Dejé la habitación completamente a oscuras, la lluvia que estaba cayendo aquella tarde de domingo se podía escuchar bastante fuerte y no podía existir mejor combinación que esa para dormir una siesta. El apartamento era bastante caliente cuando funcionaba bien la calefacción así que me quité los jeans y los zapatos y me metí dentro de la cama únicamente con la camiseta de tirantes que llevaba puesta, perdiéndome por completo en un sueño profundo, sabiendo que eso me traería consecuencias por la noche al intentar dormir, pero ya me ocuparía de aquel problema más tarde.
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Esperaré Para Amarte (COMPLETA)
RomanceLina y Gael, dos jóvenes con vidas completamente opuestas. Ella, una uruguaya aventurera que se muda de país para comenzar una nueva vida. Él, un chico extrovertido y mujeriego, que por cumplir el sueño de su padre se ve obligado a ser una estrell...