Capítulo 34 - Lina

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"𝑺𝒉𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒃𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒍𝒂𝒔𝒕 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝑰 𝒔𝒆𝒆
𝑰 𝒘𝒂𝒏𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒕𝒐 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒊𝒕'𝒔 𝒆𝒏𝒐𝒖𝒈𝒉 𝒇𝒐𝒓 𝒎𝒆
'𝑪𝒂𝒖𝒔𝒆 𝒂𝒍𝒍 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒊𝒔 𝒂𝒍𝒍 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝑰'𝒍𝒍 𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒏𝒆𝒆𝒅
𝑰'𝒎 𝒔𝒐 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆
𝑺𝒐 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆
𝑺𝒐 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆
𝑺𝒐 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆."

𝑬𝒅 𝑺𝒉𝒆𝒆𝒓𝒂𝒏.

Lo vi salir por la puerta y el corazón se me hizo un nudo. No me gustaba nada que cuando pasaban estas cosas Gael decidiera irse. No podía pretender lo contrario, pero entendía bien que si era difícil para mí, mucho más lo sería para él. Pero en momentos así, la inseguridad me invadía y solo me calmaba estar entre sus brazos y saber que todo iría bien.

El drama no entraba en mi forma de ser, sabía que decisiones como las que fui tomando a lo largo de mi vida iban a traer situaciones difíciles. Pero toda elección siempre viene acompañada de cosas buenas y malas. No todo en la vida es perfecto. Y no esperaba que así lo fuera. Aunque sea complicado de entender, sentir el amor y el respeto por Gael en su aceptación, hacía que valorara aún más el tenerlo en mi vida.

Recordé una charla con mamá años atrás. Ella peinaba mi larga melena recién lavada, las dos sentadas sobre el borde de mi cama como solíamos hacer cada día. Yo tendría unos 14 años.

- Y entonces deberás comprender que cada uno toma sus propias decisiones, hija. Y así como nosotros te educamos durante este tiempo, transmitiéndote los valores que creímos más importantes, ahora es momento de que comiences a vivir tus propias experiencias.-

Me quedé pensativa durante unos segundos mientras ella seguía desenredando mi pelo. Amaba cuando hacíamos eso. Siempre que ella estuviera en casa, no se perdía la oportunidad de consentirme.

- Mamá, a mi me gustaría poder vivir como lo hicieron ustedes. Yo quiero crecer y tener un amor como el suyo.- Ella sonrió y acto seguido sus labios dejaron un beso sobre mi cabeza.

- Eso es precioso, Catalina. Pero debes saber que no será fácil. Tú padre ha sido mi compañero durante tanto tiempo gracias a que los dos caminamos en el mismo sentido.

Aquello se debía a sus creencias, se habían conocido en la iglesia con apenas 12 años. Eran otras épocas, es verdad. La misa de los domingos y los encuentros de jóvenes cada semana eran moneda corriente en la vida de aquellos años. En mi caso solo asistía los domingos. Era una tradición que manteníamos como familia. Y a pesar de que ciertas veces me replanteaba muchas cosas, había otras que no negociaba.

Sentí la nostalgia que me invadió a causa de los recuerdos con mamá. La extrañaba tanto que a veces imaginaba su voz llamándome por las noches para cenar.

Miré por la ventana notando como el cielo se teñía de tonos más oscuros. La noche iba cayendo y no colaboraba demasiado con mi estado anímico.

Minutos atrás toda la seguridad que siempre sentí como inquebrantable, toda la certeza de lo que quería para mí vida tambaleó. No sé cómo explicarlo con palabras, pero jamás había sentido cosas como las que me hizo sentir Gael. Cada segundo que pasaba me provocaba más un deseo irreconocible por saciar algo que iba en aumento.

Todavía podía notar las reacciones de mi cuerpo al estar en aquella posición. Lo recordaba y lo sentía. Lo recordaba y las mejillas volvían a arderme delatándome sola.

Al final un destello de claridad me hizo frenar. Los impulsos nunca son buenos y yo estaba segura que aquello lo había sido. Nunca había estado así con un hombre, nunca había sentido el deseo de querer más. Pero esta vez fue distinta. Al mismo tiempo de no querer frenar lo que estábamos viviendo, no quería decepcionarme a mi misma.

Esperaré Para Amarte (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora