Capítulo 16 - Gael

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"𝑻𝒓𝒂𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒑𝒆𝒏𝒔𝒂𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒊𝒆𝒓𝒅𝒐 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐
𝑫𝒂𝒓𝒍𝒆 𝒗𝒖𝒆𝒍𝒕𝒂 𝒂 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒚 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒓 𝒊𝒓𝒕𝒆, 𝒕𝒂𝒍 𝒗𝒆𝒛
𝑵𝒐 𝒔é 𝒒𝒖é 𝒎𝒆 𝒑𝒂𝒔𝒂, ¿𝒂 𝒒𝒖𝒊é𝒏 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒆𝒏𝒈𝒂ñ𝒂𝒏𝒅𝒐?
𝑴𝒊𝒔 𝒈𝒂𝒏𝒂𝒔 𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒖𝒎𝒆𝒏 𝒚 𝒎𝒆 𝒆𝒎𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂 𝒂 𝒅𝒐𝒍𝒆𝒓."

𝑴𝒐𝒓𝒂𝒕 & 𝑷𝒂𝒖𝒍𝒊𝒏𝒂 𝑹𝒖𝒃𝒊𝒐.

La música sonaba fuerte, los parlantes retumbaban a mi costado. Qué idiota me sentía. Sentado en aquel apartado de la discoteca, solo, y pensando en una única chica. Cuando se suponía que el único motivo que me había hecho venir hasta aquí era sacarla de mi cabeza.

No había bebido nada en toda la noche, había rechazado una a una a todas las tías que se habían ido acercando con la intención de ligar. A un par de ellas las conocía de alguna que otra noche que había pasado aquí en Madrid antes. Pero a la sorpresa de verme prácticamente en una pierna, le sumaron la sorpresa de mi rechazo. No quería acostarme con ninguna.

Joder, estaba realmente perdido. No lo podía negar más.

- ¡Al carajo toda esta mierda! - decidido, me puse de pie para salir de ahí de una vez, volver a casa y con suerte poder conciliar el sueño rápido.

Pero entonces la vi. La figura de una chica de pelo largo y castaño me dejó congelado. Sus movimientos eran hipnóticos, sexys, atrapantes para quien fuera que la estuviera mirando. Y lo más atrapante de ella era que no buscaba para nada verse así, no estaba queriendo llamar la atención, estaba siendo ella misma. Es más, aquel vestido negro cubría demasiado bien todas las zonas tentadoras de su cuerpo. Pero aquella espalda, Dios mío. Podía jurar que nunca en mi vida un poco de piel libre que no incluía escotes ni cinturas al aire, me había vuelto tan loco.

Sabía que era ella desde el primer segundo en que mis ojos se posaron en su silueta. Podía reconocerla desde donde estuviera. Por un momento dudé ya que no se me hacía natural verla así vestida, ni en un sitio como aquel. Pero intuía que Julia andaría dando vueltas por el local también.

Fui en su dirección sin pensarlo, olvidándome hasta del bastón tirado a un costado del asiento donde estaba. Caminé con dificultad haciéndome paso entre la cantidad de gente que bailaba al ritmo de una conocida canción en inglés hasta quedarme de pie detrás de ella.

Seguí observando aquel vaivén de su cuerpo y su cintura siguiendo el ritmo de la música con una perfección que solo podía ser propia de ella. Me acerqué más y entonces decidí hacer lo primero que se me vino a la mente: tomé sus manos con las mías, dejando que ella siguiera los movimientos para unirme a su baile. Mi rostro se hundió en el cuello de aquella joven, necesitando con urgencia inhalar su aroma tan familiar y exquisito.

- Joder Lina, me estoy volviendo loco por tí. - susurré contra su oreja dejando un beso sobre su piel luego de mis palabras.

Sabía que me había reconocido porque no se puso tensa en ningún momento. Al contrario, se recostó sobre mi pecho y nuestras mejillas quedaron unidas. Nuestras manos también unidas jugaban a acariciarse una y otra vez con nuestros dedos entrelazados entre si, siguiendo los movimientos que la música nos provocaba.

La canción acabó y dio paso a una nueva, esta vez en español y al poder entender la letra, supe que algo estaba conspirando a nuestro favor. O al menos el mío. La letra hablaba sobre un nuevo vicio, Lina era mi nuevo vicio. Y se lo hice saber con aquel baile.
Por un breve momento rompí la unión de nuestras manos derechas para tomar su larga y fina melena y hacerla a un lado, con un movimiento tierno y seguro, buscando dejar aquella zona libre para depositar pequeños besos suaves por la piel de su cuello; pausados, lentos, queriendo hacerle desear cada nuevo contacto de mis labios con su piel. Era consciente de la respiración de Lina, sus labios estaban entreabiertos y sus ojos permanecían cerrados al contrario de los míos que estaban abiertos para no perderme detalle de ella. Era hermosa, era perfecta, joder...¡me encantaba esta mujer!

Esperaré Para Amarte (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora