𝐑𝐄𝐓𝐔𝐑𝐍 || 𝚁𝚒𝚌𝚔 𝙶𝚛𝚒𝚖𝚎𝚜

00.

[...]

Le sonreí a Negan al llegar a su lado y pasó su brazo por mis hombros mientras acercaba el walkie a su rostro. 

Estábamos sobre una colina, observando desde la altura cómo el grupo de nuestras tres comunidades avanzaban con sus armas en alto.

— Maldición, Rick. — miré al frente con atención. — Mira nada más. Te equivocaste otra vez. Y feo. — Negan hizo una pausa. — Emboscamos tu emboscada con una más grande. 

Movían sus cabezas hacia todos lados, sin saber desde qué punto del bosque venía la voz.

— ¡Y si aparecen y nos enfrentan? 

Lamí mis labios antes de hablar.

— Estamos en todas partes, Rick. ¿Quieres huir hacia tu derecha o hacia tu izquierda? Elige hacia dónde correr y veamos si es que pueden lograrlo.

— Nadie tenía que morir hoy, pero así lo decidiste. — Negan hizo un sonido de negación con su boca. — Solo tenías que aceptar el nuevo curso de las cosas.

— Así que felicitaciones, Rick. — no pude evitar que una sonrisa se colara a mitad de mi frase. — Acabas de escribir la muerte de tu gente en la historia. 

— ¿Qué dices, linda? — se dirigió a mí. — ¿Crees que deba darles una última oportunidad? —observé fijamente la sonrisa traviesa de Negan. 

— Nadie como él merece una segunda oportunidad. — susurré pero logró oírse por el altavoz que teníamos instalado. 

— Ya oyeron a la dama, señores. ¡Disparen! — los salvadores bajo sus órdenes obedecieron, elevando sus armas. Esperé que el grupo de Rick cayera, pero no lo hicieron. En cambio vi a varios de los nuestros caer ante la explosión repentina de las balas. 

— ¿Qué carajo? — apreté mis dientes, furiosa y vi a Negan tomar a Lucille, listo para dar pelea. 

— ¡Ataquen! — escuché a Rick y con prisa me acerqué a Eugene, acorralándolo contra un auto.

— ¿Qué hiciste? ¡Qué hiciste!— empuñé uno de mis cuchillos y lo coloqué contra su cuello, apretando su piel. — Ese hombre me quitó a la persona más importante en mi vida. — susurré cerca de su rostro. — ¡No tienes idea de lo que acabas de ha...— no pude terminar de hablar, porque una bala chocó contra la ventana del vehículo, por lo que tuve que dejarlo ir. 

Me escabullí de la vista de la mujer que había disparado, encontrándome con Negan, recostado en el costado de uno de sus hombres que yacía muerto.

— ¿Estás bien? — le pregunté y asintió, tocando su pecho. — Maldición, amor. Te dieron.

— Eugene, ese bastardo hijo de...— hizo una mueca que le impidió continuar. 

— ¿Puedes seguir luchando? — pregunté juntando su frente con la mía. — Rick debe pagarnos todo lo que nos ha quitado.