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Apoyé mi cabeza en la pared posterior, estaba sentada en mi cama, justo frente a la de Negan, donde también se encontraba él.

Podía oír a los niños jugando en el exterior y a los adultos yendo y viniendo con sus tareas.

¿Sienten esa sensación de calma? — intenté enfocarme en la voz de Gabriel.— Analícenla, no la dejen ir.

Mis ojos habían estado cerrados los últimos diez minutos y mi concentración estaba perdiéndose.

No la dejen ir, todo está...—

— ¿Sabes qué? Olvídalo. — abrí mis ojos al escuchar a Negan.— Nunca puedo poner la mente en blanco.

Una sonrisa algo burlesca se posó en mis labios cuando el rostro de Gabriel lo miró serio.

— ¿Estas terapias te funcionan alguna vez o...— dejé la pregunta en el aire.— Digo, es mi primera sesión y no me siento diferente.

— Si dejaran esa actitud suya, harían algún efecto.— habló con calma.— Hasta entonces, seguirán con ellas.

— Por favor, padre.— me observó.— Usted sabe que esto no...— me quedé en silencio.— Lo siento, no sé a qué ojo debo mirar exactamente, me distrae.— apretó su mandíbula con disimulo al escuchar mi broma.

— Me tienes en terapia desde que estoy aquí. — dijo Negan.— Y lo único que llena mi mente son pensamientos que te pondrían colorado.— se dirigió al hombre.— Y no desaparecen con ella aquí. — me señaló y negué divertida.

Negan no cambiaba.

Gabriel suspiró y se enderezó en su asiento.

— Aunque supongo que los entiendes, digo, ahora que sales con Rosita.— mordí mis mejillas internas intentando no reír.— Hombre, tal vez me equivoco, pero tú también los tienes.— ignoró las palabras de Negan.

El padre se quedó en silencio y nos observó, a ambos, y negó con lentitud.

— Quiero saber por qué hacen esto.— apoyó sus antebrazos en sus rodillas.— Ambos necesitan ayuda, puedo verlo, solo necesitan aceptarla.

— ¿Eso hará que olviden todo lo que hicimos? — pregunté directamente. — Porque si eso me asegura la salida de esta maldita celda, carajo, lo tomo.

— Así no funciona.— respondió.— Estas sesiones te han ayudado un poco, ¿no, Negan?

— Además de hacerme saber que ya pasó otra maldita semana, pues...—se calló. — No lo tomes personal, Gabe, pero no son de mucha ayuda.

— Es mi primera sesión y acabo de descubrir que nunca saldremos de aquí.— dije yo.— Buen trabajo, padre, es de mucha ayuda.— Negan rió ante mi ironía.

— Agradezco que te tomes el tiempo de venir, pero ya tenemos todo lo que necesitamos aquí. — comenzó a jugar con una pelota, lanzándola a la pared una y otra vez.— Tenemos compañía, comida, cama.

— Tenemos compañía, comida, cama

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𝐑𝐄𝐓𝐔𝐑𝐍 || 𝚁𝚒𝚌𝚔 𝙶𝚛𝚒𝚖𝚎𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora