10.

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Apreté mi mandíbula y cerré mis ojos al sentir el alcohol caer sobre una de las heridas en mi brazo.

Oh, merde...— mi mano se hizo puño, tratando de aminorar el ardor.

Lo siento, lo siento.— murmuró Siddiq.— Se nos acabó el...—

No tienes que darle explicaciones.— Michonne lo interrumpió con firmeza.— Mientras más rápido limpies eso, más rápido se irá de aquí.

Abrí mis ojos y los posé en ella, mordiendo el interior de mi mejilla para no decir nada, pero no pude resistirme.

— Si controlaras a tu gente, no tendrías que tenerme tan seguido en la enfermería.— solté y su ceño se contrajo evidentemente.

Michonne caminó con lentitud y se posicionó frente a mí cuando Siddiq se hizo a un lado; al ver su expresión, una sonrisa burlona se formó en mis labios.

— ¿Qué? — murmuré cuando sólo se quedó mirándome.— ¿Los caminantes te comieron la lengua? — me burlé.

No dijo nada, pero mi rostro se fundió en dolor cuando su mano tomó mi brazo y hundió su dedo en la herida, mirándome a los ojos.

— ¿Por qué mejor no añado una amordaza a tus cadenas y cierras la boca de una vez por todas? — no pude evitar reír sin ningún destello de diversión.

— ¿Sabes? — ladeé mi cabeza y observé su agarre en mi brazo antes de volver a su rostro.— Creo que al final de todo, sí aprendieron algo de Los Salvadores, ¿amenazarme para que te obedezca? — sonreí con sorna.— Vaya, creo que yo inventé eso.

Mi mandíbula se tenso un poco más cuando aumentó la presión en la herida.

— Nosotros jamás seremos como tú.— sentenció.

— ¿Segura de eso? — elevé mis cejas.— Porque esto es un método de tortura, y ¡oh, sorpresa! , siempre fue mi favorito. — finamente la tomé por la muñeca y alejé su mano de mi brazo, con un movimiento brusco.— Tócame de nuevo y será tu peor error.

Michonne frunció su ceño y abrió su boca para hablar una vez más, pero el ruido de la puerta abriéndose la hizo callar.

— Afuera.— Rick habló al aire.

Reí con burla cuando la mujer tensó su mandíbula y dio la vuelta para salir de la enfermería.

— Tú no.— Rick la detuvo.— Maxine.— mi sonrisa se esfumó y contraje mi ceño.— Ahora.

Puse mis ojos en blanco y tomé una de las vendas que yacían en la mesa al costado de la camilla en la que estaba sentada, y comencé a atarla alrededor de mi herida mientras caminaba hacia Rick, lo observé por unos segundos para luego pasar de él.

— Manos.— ordenó.

Detuve mi paso y suspiré con pesar antes de darme la vuelta y enfrentarlo, elevé mis manos a la altura de mi mentón.

— Como usted diga, sheriff.— murmuré. 

Observé su rostro mientras anudaba la cuerda alrededor de mis muñecas y mi mandíbula se tensó, al tenerlo cerco mi mente no podía dejar de pensar en colocar mis manos alrededor de su cuello hasta que se quedara sin aire.

— Camina.— su mano tomó un extremo sobrante de la cuerda y comenzó a caminar, arrastrándome con él.

— Mi celda está hacia el otro lado, imbécil. — solté al ver que me dirigía hacia otro lugar, pero no respondió, sino que tiró de la cuerda con algo más de fuerza.

Me quejé, sin embargo mantuve el paso y contraje mi ceño cuando comenzó a acercarse a un coche casi todo cubierto por viejas lonas y, debido a que el sol ya se había escondido, no me permitía distinguir bien lo que estaba frente a nosotros.

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⏰ Última actualización: Aug 03 ⏰

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𝐑𝐄𝐓𝐔𝐑𝐍 || 𝚁𝚒𝚌𝚔 𝙶𝚛𝚒𝚖𝚎𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora