ryohei hayashi (pehyan)

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"Lovers Rock"

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"Lovers Rock"

Muy borracho para manejar, esa fue la razón por la que Pehyan se quedó en la casa de esa chica hermosa que lo traía como idiota olvidando datos que no debían ser olvidados.

—Cuídalo mucho. Si te da problemas llámame. —Pah-Chin le dio un beso en la mejilla a la fémina y salió de la casa con las manos en los bolsillos.

Ella solo se quedó viendo la puerta con una sonrisa tocando la parte en la que había sido besada.

Giró su cabeza y vio a Pehyan tirado en el sofá mirándola con una mueca seria.

—Vamos a dormir, Peh. —tomó su mano sin darse cuenta de su gesto de desaprobación y ambos subieron las escaleras.

—¿Tus padres no vienen hasta el lunes? —preguntó el chico entrando a la habitación. Era la única persona que se había quedado a dormir después de la fiesta en la cual ella había sido anfitriona. La casa era un desastre que la adolescente se proponía arreglar en la mañana.

—Así es. —sonrió tirándose a la cama.

Pehyan miró el tocadiscos al lado del colchón y se acercó analizándolo.

—¿Cuál fue la última canción que escuchaste? —preguntó con curiosidad.

—No recuerdo, era como una especie de rock para amantes. —murmuró. Ambos cruzaron miradas y un escalofrío los recorrió.

—Quiero decirte algo. —habló él repentinamente después de encender el tocadiscos.

El rock para amantes resonó por la habitación.

—Sé lo que dirás. —ella se sentó a orillas de la cama. —Dame la mano, Peh. —entrelazó sus dedos y se paró quedando frente a frente.

Sus ojos conectaron. El lugar iluminado con una luz roja mantenía la tensión a flor de piel. Algo iba a pasar.

—Te gusta Pah, ¿no es así? —su voz demostraba molestia.

—Estás borracho. —trató de cambiar de tema, luego pensó que no tenía sentido hacerlo. Sus acciones y las palabras en la boca femenina solo demostraban que ella estaba igual de ebria que él. —Eso es muy obvio. —contestó la pregunta que él le había hecho.

—Ya te he dicho que me gustas. —apretó su agarré cálido.

La adolescente bajó la mirada. A ella le gustaba un chico bonito, con voz bonita. En esa descripción cabían muchas personas que conocía, pero eso fue lo primero que se le vino a la mente al oír esas palabras.

Pehyan le estaba ofreciendo algo con sus palabras borrachas, algo que ella ya tenía.

Con el alcohol en sus cuerpos y la música perfecta, ella lo había dejado quedarse por la noche que finalizaba con ambos tomados de la mano.

Y algo más.

No podían contenerse a algo que querían desde lo más profundo o externo de su ser.

La canción iba finalizar y parecía que el temporizador imaginario iba a terminar de igual forma.

—¿Me besarías antes de que todo acabe? —preguntó tomando la parte trasera de su nuca.

Pehyan se quedó paralizado dudando en sí era correcto besarla a causa de un factor que se había ido hacía unos momentos, pero luego lo mandó todo a la mierda.

Se besaron antes de que la balada concluyera, y cuando lo hizo, ambos cayeron en la cama quedando profundamente dormidos. Soñando con perfección lo que había pasado.

« ... »

El lunes por la mañana, Pehyan se dirigió a la escuela con pasos firmes. Había pasado el resto del fin de semana vagando por los escenarios ficticios y pobres esperanzas que el beso le había otorgado.

Quería estar con ella. Quería todos días recibir ese afecto que le había proporcionado unos días antes.

Llegó al estacionamiento de la escuela. Su mirada estaba en el suelo, solo deseaba verla para pedirle tener algo que ella ya tenía.

Levantó la cabeza y maldijo por lo bajo al ver esa escena que le destrozó cualquier tipo de anhelo olvidadizo.

Pah-Chin y ella se estaban besando en la entrada, recargados en una pared de cemento gris. Se separaron y se quedaron viendo fijamente con admiración.

Repentinamente, el tono que indicaba el inicio de las clases sonó por todo el lugar. Varios adolescentes se dirigieron al interior del edificio, Pah-Chin y la chica caminaron tomados de la mano con intención de hacer lo mismo.

Pehyan se quedó parado con ojos tristes viendo su figura, hasta que ella giró su cabeza y lo observó por unos segundos con el mismo sentimiento en su mirada.

—Lo siento. —formuló silenciosamente con sus labios antes de que su figura desapareciera por un pasillo con la de su pareja.

El joven Hayashi fijó su vista en el  suelo conteniendo las ganas de llorar.
¿Por qué había sido tan tonto por querer estar con la novia de Pah-Chin? ¿Por qué no simplemente se enamoraba de otra chica que no tuviera el corazón ocupado?

En su subconsciente, él mismo se respondió. Se aferraba a cualquier interacción que le diera esperanzas, pero sobretodo se aferraba a la noche de ese viernes en la que ambos se miraron con tanto amor escuchando ese rock para amantes de fondo.

Una situación que contrastaba con el Pehyan del presente que se encontraba bajo el cielo nublado, el ambiente silencioso y completamente solo.

Lo habían dejado sin nada, ni siquiera con ese potencial amor que había ardido efímeramente hasta ser apagado como cualquier cigarrillo desechable.

nota de la autora✼:
Ya tocaba algo de Pehyan que fuera triste.

En la descripción de mi perfil voy a estar poniendo una canción que de pistas (explícitas o vagas) de cada próxima parte porque soy de esas personas que no puede escribir sin música de fondo.

—Sophie.

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