Implora por tu vida, siento el miedo en tu vivo corazón.
...
Los rayos de sol están en el repunte del día, Jennie se encuentra trabajando en el sembradío de maíz de una familia rica. Su trabajo es simple, airar la tierra y poner algunas semillas.
En la lejanía pudo ver a su hijo jugar sobre la manta que ha traído de su casa mientras le vigila desde la distancia. Era temporada de caza en el pueblo por lo que esperaban que la cosecha se diera antes del invierno donde pieles de animales, cultivo y carne fresca eran almacenadas para lograr pasar la temporada en calma o al menos es así como las familias adineradas solían pasar el invierno sin penurias o hambre. Para Jennie era otra situación, pues durante un mes entero tanto ella como Taennie tenían que sobrevivir de comida enlatada y agua caliente.
Los trabajos escaseaban y no era hasta primavera que podían volver a retomar la vida laboral.
– ¡Mami, mami mira!. – Jennie volteó limpiándose el sudor de la frente para mirar hacia la dirección que su hijo señaló.
Sobre el cielo y altos arboles una parvada de cuervos ha salido de su escondite entre los arboles para hacer ruido y alertar a la comunidad.
Era sabido que en temporadas de caza cuando los hombres se adentraban en las profundidades del bosque los animales salvajes quienes se refugiaban allí también salían para reclamar su territorio dentro del pueblo, pues la pequeña comunidad se encontraba rodeada de bosque
Las aves solo era un aviso del claro incomode del hábitat.
– ¡Taennie!. – Jennie dejó la pala para correr hacia su hijo quien esta cerca del inicio del bosque.
El aullido de los lobos provocó que el pueblo tocara las campanas de advertencia, los gritos y pasos ya cubrían la atmosfera de pánico mientras el corazón acelerado de la madre llegó hasta su bebé para cargarlo y al igual al resto correr para esconderse.
El niño no sabía lo que ocurría y porque todas las personas corrían con rostros llenos de pánico. No fue hasta que la primera criatura del bosque hizo presencia en el camino de los mortales atravesando y rompiendo los cristales de los locales.
Un lobo negro se postró en medio de las calles empedradas mientras sacudía su pelaje de los vidrios. El animal esta furioso, empezando a atacar a las personas que estuvieran a su paso. Entre ellos el grito de auxilio de mujeres quienes han sido desfiguradas por la bestia salvaje.
– ¡Está en el pueblo, un lobo está atacando! – la gente corría para salvar sus vidas.
Quienes tenían fortuna de poseer sus hogares cerca podían protegerse. Pero para las que no, buscar un refugio ante esas criaturas es la mejor opción.
Jennie corrió con su pequeño en brazos mientras sostenía su cabeza en el cuenco de su cuello, de esa forma Taennie no vería el rio de abolengo ya pintar algunas calles. Frente a sus ojos, saliendo del local de sastrería un oso pardo cubierto de sangre rugió y se abalanzó hacia una mujer de ropa elegante quien cruzaba la avenida mordiendo el cuerpo y lanzándolo hacia las construcciones como si se tratase de un saco de papas.
– ¡Ayúdame!. – imploró la rubia a Jennie
– ¿Mami que sucede? – Taennie quiso salir de la comodidad del cuello de su madre, pero esta no se lo permitió.
– N-nada bebé. – su cuerpo se ha congelado completamente
Los ataques eran frecuentes a tal grado de Taennie no mostrarse alterado, pues el niño comprendió que hay una temporada donde gritos y campanas se escuchan. Pero era la primera vez que pasaban esa época fuera de su casita, además los ataques solían ser antes del anochecer, no durante el día.
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INIURIAM | TAENNIE
FanfictionQuizás el sexto sentido era quien le advertía su pequeño hijo no ser del todo normal, quizás solo eran pensamientos del pueblo lanzados hacia ella que terminaron por convencerla; su precioso hijo de ojos azules no pertenecía a este mundo.