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¿Cọ́mọ ṣẹrị́a ṣẹr rẹṣcataɗa pọr ẹllọṣ?
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Thoma se había propuesto a escribirte una carta...algo larga expresando lo mucho que te extrañaba tenerte a su lado, ya que desde hace semanas que no se veían por el simple hecho que debías cuidar a la hija del clan que servías, el no se hizo problema, después de todo sus trabajos eran esos.
—¿Tienes algunos encargos cerca de la ciudad? Iré por esos lugares a dejar esto —Dijo Thoma agarrada de su carta a Madarame.
—Pues esta mañana llegó una petición de La Comisión Kanjou, creo que no son buenas noticias.
Thoma se asustó por el tono que hablaba el representante de la Comisión, así que pidió leer la solicitud.
Cualquier persona que te conociera en Ritou, diría que la descripción que daban de una persona desaparecida coincidía contigo, y es que decía que saliste hace unos días al Santuario Asase pero nunca regresaste.
—Por favor, dígale a la señorita Ayaka que me ausentaré unos días.
La búsqueda empezaba a preocuparlo, pues hasta los del gremio de aventureros se ofrecieron a ayudarlo; el rumor de que había un Nobushi y algunos ladrones rondando sospechosamente por la zona solo hacía que pensara en lo peor.
—Sigue el paso a la entrada de la montaña.
Tu pareja siguió las indicaciones de varios aventureros, hasta llegar a un subterráneo de este, quizo entrar con cuidado de no llamar tanto la atención, pero tu grito lo alarmó tanto que no le importó lastimarse al bajar.
Te encontrabas en el suelo, inconsciente ante el dolor que recibiste por parte del Nobushi . Y es que uso su fuerza a tal grado de fracturar uno tus brazos con tal de que dejaras de intentas escapar.
—Recibiremos un buen precio por tu rescate —Habló uno de los ladrones que tenías a tu lado.
Cuando vio como tocaba tu muslo sin descaro, su humor cambio; Thoma vio el momento perfecto para entrar en combate, uso su visión tan rápido que cuando dejó en el suelo a todos los involucrados, te llevó en brazos antes de que las máquinas autómatas despertaran.
