Para Noa.

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Te sigo teniendo en mis adentros,
No te mentiré,
A veces te recuerdo y nuestro pasado me sigue doliendo.
Por más que voy creciendo te sigo pensando, y no sé qué hacer para remediarlo.

Me sigo sintiendo solo,
No puedo escapar de ti, pero debe haber algún modo,
Poder olvidarte,
Que te marchites,
Pasar de lo nuestro, pasar de todo.

Alguna manera de no necesitarte,
De dejar de buscarte,
De no seguir mirándote,
De dejar de contemplarte.

De dejar de quererte así;

Como el que se mira al espejo y se siente caduco.

Como el que coge el último suspiro de aire antes de sumergirse, sabiendo que se va a ahogar.

Como el que siente que ya no le queda tiempo para volver a mirarte una vez más.

Pero nada sale como planeamos.

El paso del tiempo es retorcido con quienes aman, a nosotros nos ha convertido en un juguete roto en las manos de un niño que tiene demasiados con los que jugar.

La ciudad se me hace grande y para ser honesto, todo está vacío sin el alivio de tu fragancia en mis besos.

Todo está destruido, con la forma de nuestro abrazo más fiel y sincero a la hora de irnos sin retorno.

Porque no veo nada en mi entorno, y si hay personas a mi alrededor hace tiempo que se volvieron transparentes, porque después de contemplar tu figura cualquiera se quedaría ciego al perderla de vista.

Todos los semáforos están en rojo -como nosotros-. Y no me dejan avanzar.
Y el único que veo en verde cerca de tu olvido... Está demasiado lejos como para poderlo alcanzar.

20 formas de decir adiós. (Prosa poética)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora