Apagar las velas.

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Soy, fruto del encanto, la traición y el olvido,
Una llama cálida en el corazón de dos padres,
Las ganas que tuvieron, el esfuerzo que solo en uno de los dos quedó.

Enciendo las velas como cuando era pequeño,
El primer cumpleaños desde hace tanto que no me sentía tan feliz,
Aun guardabas los detalles que tiempo atrás te regalé,
Y yo aun guardo las ganas de decirte; -"papá" como hacía antaño.

Aun siento cada lagrima que se deslizó por mi cara,
Cayendo en mi pecho para limpiar la sangre que brotaba de él,
Por cada espina clavada, cada año grabado en el que no me llamaste,
Y lo esperaba cada ciclo acostado en mi cama.

Se abrió un telón de azabache translucido,
Dejando ver tras las estrellas grabadas en el telar,
Albergados y desgranados todos los recuerdos de lo que pudo,
Lo que fue y lo que acabó por pasar.

Prendían las años que acababa de perder,
En una representación dulce y edulcorada de mi niñez,
Y es que él nunca estuvo cuando el pastel me supo amargo,
Al asar Julio te despediste esperando verme pronto
Sin saber que al apagar las velas, te ibas a consumir más cada vez.

Ahora enciendo una llama por ti, el día de todos los Santos,
Solo en la noche, solo sin mi padre,
Que perdí el día que nací sin ser de su vida parte,
Solo rezo porque alguna vez, aunque fuera un solo segundo,
Me quisieras lo mismo que yo a ti.
Tanto como para perdonarte,
Aunque te fueras sin pedir perdón.

UN PADRE AL QUE NO ABRAZARÉ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora