🪔05. Testamento🪔

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T/n.

— Muchas gracias, no debió molestarse. - Agradecí una vez que el chófer se paró frente a mi casa. -

— Es mi trabajo, señorita. - Me dedicó una sonrisa a través del retrovisor. -

— Muchaa gracias, adiós. - Le sonreí y bajé de la limusina. -

Vi que Silvina estaba asomada en la ventana y tenía la boca abierta en forma de una perfecta o. En este momento me encantaría saber qué es lo que está pensando.

Disimulé una sonrisa y entré a la casa.

— ¿Qué hacías en ese tremendo vehículo? - Preguntó tomándome bruscamente del brazo derecho impidiéndome subir las escaleras. -

— Venir a casa, duh. - Respondí de mala manera y me solté de su agarre para subir a mi habitación. -

Sabía que Silvina querría saber el porque llegué en semejante transporte, pero no le daría el gusto. Posiblemente si le cuento que estuve con el príncipe ella comenzaría a decirme que soy una cualquiera conquistando a todo hombre que se cruce frente a mi, cuando la que hace eso es su propia hija.

Revisé mi celular el cual no había visto desde que salí de la escuela, afortunadamente lo llevaba en mi mochila y no se mojó.

Tenia diez mensajes de Tom.

Espero que no este molesto.

Decidí llamarlo para que no se preocupara.

Un tono. Dos tonos. Tres tonos.

Tom no contestaba y me aventé a la cama con la mirada hacia el techo, en cualquier momento tendría que llamarme o yo volvería a hacerlo.

Me incorporé nuevamente para ponerme a hacer los deberes. Afortunadamente mis libros no estaban tan mojados así que solo los que estaban un poco húmedos los puse en el suelo y coloque un ventilador cerca de ellos para que se pudiesen secar un poco.

Cuando terminé de poner mis libros a secar mi celular comenzó a sonar y lo tomé rápidamente para contestar la llamada de mi novio.

— ¿Hola? - Respondí una vez que contesté. -

— ¿Dónde estabas T/n? Me tenías muy preocupado. - Dijo Tom soltando un suspiro. -

¿Sería correcto decirle que estaba con el príncipe? Supongo que sí. Después de todo en nuestra relación no existían secretos y nos teníamos confianza el uno al otro.

— Perdóname. Es que ocurrió un pequeño accidente...

— ¿Qué clase de accidente? ¿Estás bien? - Me interrumpió preocupado. -

— Sí, cariño. No fue un accidente como tal, sólo dígamos que un bobo pasó un bache y me mojó toda de agua sucia. Y me llevó a su casa... Más bien castillo...

— ¿Castillo? - Volvió a interrumpirme. -

— Era el príncipe, Tom. El muy estúpido pasó el bache y me mojó toda, se ofreció a llevarme a su castillo para bañarme y...

— ¿Saliste con él? T/n, sabes muy bien que ese tipo me cae mal.

— Ya sé, cariño. - Dije para que se tranquilizara, siempre funciona. - Tú más que nadie sabe como es Silvina. Ella se burlaría de mí si me veía llegar toda sucia, por eso acepté. - Se escuchó un suspiro del otro lado. -

𝑇ℎ𝑒 𝑃𝑟𝑖𝑛𝑐𝑒 - 𝐴.𝐺. {𝑨𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora