𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗨𝗡𝗢

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Iba corriendo a toda velocidad por los pasillos de la Universidad, porque, cómo siempre, me quedé dormida. Malditas alarmas de mierda, no sé para que existen si ni suenan.

Llegué al salón quince minutos tarde, espero que el profesor me deje pasar. Mi mejor amiga me ve por la ventana y me hace una seña de “otra vez” yo le sonreí. Toque la puerta del salón y un profesor serio me recibe.

— Señorita Wilson, ¿tarde otra vez?

— Lo siento profesor, me quedé dormi.. —me interrumpió antes de que pudiera terminar mi frase.

— Sí, lo sé, se quedó dormida —yo solo sonreí nerviosa—. Que sea la última vez que llega tarde, la próxima se queda fuera.

Maldita sea.

— Gracias profesor, le prometo que será la última vez.

Entre al salón y corrí a sentarme a un lado de mi mejor amiga. Está me ve y se empieza a reír.

— ¿Se puede saber de que demonios te estás riendo? —pregunté, confusa.

— Cariño, ¿ya viste tu cabello? —se tapó la boca, evitando reír.

Rodé lo ojos. Saque un pequeño espejo de mi mochila. Sí, efectivamente, mi cabello está hecho un desastre. Con la mano intente acomodarlo, aunque, no me fue posible.

— Tranquila, cuando toquen el timbre, vamos al baño y te ayudo —comentó.

— Sí, muchas gracias, lo apreciaría —sonreí.

Puse atención a la clase de matemáticas, aunque, no le entiendo, no me gusta, me estresa y varias veces me ha hecho llorar.

Sonó el timbre, indicando que la clase había terminado. Tenemos quince minutos antes de que inicie mi otra clase. Así que mi mejor amiga me jaló del brazo y me llevó al baño.

— No puedo creer que traigas el cabello tan enredado ¿no te lo cepillas? —preguntó

— Sí me lo cepillo, pero tú sabes cómo es mi cabello cuando me levanto

— ¿No te bañaste? —preguntó sorprendida.

— Aurora, llegué tarde quince minutos, si me bañaba me hubiera perdido la clase entera.

— Cierto, pero igual, te paso los apuntes.

— Lo que cuenta es la asistencia, pero gracias —le dedique una sonrisa.

Me terminó e arreglar el cabello y salimos del baño. Nos dirigimos a nuestros casilleros para tomar lo de la siguiente hora.

Y otra vez.. esa extraña sensación.

Sentí de nuevo la sensación de que alguien me estaba observando. Bueno, toda la escuela me ve. Pero no de la manera en la que siento que me ven.

Volteé nerviosa, buscando algo o alguien. Nada. Nada. Nada.

— Buuu.

— ¡Ah! —grité.

Alguien me asustó por detrás del hombro, así que volteé, y veo al idiota de mi mejor amigo.

— Carajo, Alexander, ya te he dicho que no hagas eso

— Lo siento, linda, pero deberías de ver tu cara, estás palida —Comenzó a reír como idiota.

Le di una mirada de pocos amigos y mi mejor amiga lo golpeó en el hombro.

— Maldito idiota, un día le vas a provocar un infarto.

— Lo siento, lo siento —me miro fijamente y preguntó—. ¿Que tienes? digo, traes una cara..

— Nada, es solo que.. la sensación extraña de.. —me interrumpió.

— ¿__, sigues con eso? nadie te está siguiendo, si fuera así, ya lo habríamos descubierto ¿no lo crees?

— Sí, tienes razón, pero es que..

— Nada, seguro son alucinaciones tuyas

— O alguien si la está siguiendo, maldito idiota —murmuró Aurora.

— Cállate tú, y deja de fomentar sus alucinaciones tontas.

— No son alucinaciones, si __ dice que alguien la está siguiendo es porque así es, y no..

—La interrumpí—. Aurora, Alex tiene razón, seguro son alucinaciones mías, sino, ya sabría quien está detrás de esto

— pero..

— Nada, mejor vamos a clase y olvidemos el tema.

Los tres caminamos a la clase que nos tocaba. Pero yo seguía sintiendo esa sensación. No es nada, seguro estoy loca y nadie me está siguiendo. Luego se me quitará está sensación, y todo volverá a la normalidad.

Que equivocada estaba.

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Hola ¿Cómo están? Espero que bien.
Esta es mi primer historia y capitulo, espero que les haya gustado tanto como a mí escribirla.

Cualquier cosa que les incomode de la historia pueden decírmelo con confianza. Me vendrían bien opiniones, para mejorar en esto.

Que tengan una feliz tarde/noche/mañana, las/os quiero mucho. ❤️

¿Amigos o enemigos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora