Capítulo 27

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Kate no se había preocupado más de lo necesario cuándo Yelena había dejado de contestar a sus mensajes. Pensó que probablemente se había quedado sin batería, o que las clases habían comenzado, o que Natasha había comenzado a acosar a Wanda más de la cuenta y había tenido que interponerse para evitar que la chica rusa cometiera una locura. Jamás imagino que Tony podría haberla golpeado... Según le había contado Yelena a través de mensajes, el chico y su amigo no habían vuelto a molestarla. Y cómo el dejar a Yelena en paz parecía haberse convertido en una rutina, La chica de ojos avellana simplemente respiraba hondo, no recordando que el hecho de tener que seguir una rutina no obligaba a los demás a hacerlo.

Toda la paz en sus pensamientos fue interrumpida por los gritos de su madre, Eleanor Bishop, provenientes del piso inferior.

Eleanor: ¡KATE MICHELLE BISHOP! ¡BAJA AHORA MISMO!

Bajo lentamente las escaleras, procurando no apresurarse, sintiendo dolor en sus costados y a su corazón agitarse con el simple esfuerzo que conllevaba descender los escalones.

Cuando llego a la base de la escalera estaba completamente agotada, pero a Eleanor no pareció importarle, pues de inmediato llego hasta ella con Valkiria y Carol más atrás, tomadas de las manos, sonriendo como si aquello fuese un chiste, sin siquiera mirar a su hija con algo en su mirada que no fuese rabia absoluta.

Eleanor: ¡¿POR QUE NO ME LO DIJISTE?!

Kate intento responder, pero tenía la boca seca, el corazón acelerado y los pulmones le dolían en un esfuerzo de conseguir oxígeno, así que lentamente se sentó sobre el último escalón de la escalera y coloco su cabeza entre sus piernas, tomando aire, intentando que su corazón trabajara correctamente y evitar un desmayo por falta de oxígeno.

Eleanor: ¡¿POR QUE NO ME DIJISTE QUE CAROL Y VALKIRIA AHORA ERAN UNAS ESTUPIDAS LESBIANAS?!

Carol: Más respeto, señora Bishop. Mi novia no es estúpida. Tiene uno de los mejores promedios, en realidad... -La escucho decir, el diccionario mental de Kate identificándola como enojada. Aunque algo no parecía encajar. ¿Era aquello orgullo? Orgullo a los logros de su novia, tal vez...

Eleanor: ¡Cállate estúpida!

Valkiria: ¡NO LE DIGA ASÍ A MI NOVIA!

Eleanor: ¡No me grites! ¡Y no la llames novia! ¡Solo estas confundida, Valkiria!

Carol: La única confundida acá es usted, señora Bishop. Ella es mi novia y la amo, y sé que ella me ama a mí, y no estamos para nada confundidas con eso...

Eleanor: ¡Cállate de una maldita v...!

Valkiria: ¿Estás bien, Kate? -Pregunto, ignorando a la mujer mayor luego de haber visto el estado de su vieja amiga, que intentaba recobrar el aire con todas sus fuerzas. Sin saber cómo, Las manos de Valkiria tomaron las suyas. Kate de inmediato las aparto. No se sentía bien con el contacto de los demás. A veces, ni siquiera se sentía bien tocándose a sí misma. La única que podía tocarla y hacerla sentir bien era una chica llamada Yelena Belova, y su mamá seguramente se enojaría en cuánto lo supiera, no considerando lo positivo.

Kate: No me... toques... solo... necesito... aire -Susurro, las palabras saliendo con dolor de su garganta.

Esta vez Eleanor si pareció preocuparse, porque Kate noto que se sentó a su lado y la rodeo con su brazo, acariciándole los costados débilmente.

Sus dedos comenzaron a chasquear de inmediato. No quería que su madre la tocara. No quería que nadie allí la tocara.

ELLA QUERÍA QUE YELENA LA TOCARA.

La chica de la ventana | KatelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora